La película Super Mario Bros (Annabel Jankel y Rocky Morton, 1993) suele ser mencionada como ejemplo de lo espantosas que son las adaptaciones al cine de videojuegos. Es un juicio algo exagerado, porque tiene un par de gags y actuaciones decentes, y hubo adaptaciones peores, pero como Hollywood tropieza cuatro o cinco veces con la misma piedra, la compañía Illumination Entertainment –subsidiaria de Universal– anunció que se acerca a un acuerdo con Nintendo, el gigante japonés propietario de los derechos de los hermanos italianos saltarines y su mundo, para realizar una nueva película basada en ellos.
Según el periódico The Wall Street Journal, Nintendo había sido muy reticente tras el desastre de la primera adaptación, pero ahora fue tentada por la posibilidad de tener mayor control creativo, y porque el legendario creador de los hermanos Mario, Shigeru Miyamoto, está involucrado como productor en el nuevo proyecto. Por otra parte, la relación comercial entre Nintendo y Universal se ha hecho fluida en los últimos años, por la colaboración en algunos parques temáticos.
La noticia disipó versiones previas según las cuales el coloso nipón de los juegos planeaba relacionarse creativamente con Netflix, pero es significativo que estas hayan sido difundidas también por The Wall Street Journal, un medio más interesado en las posibles inversiones conjuntas de compañías de semejantes dimensiones que en sus resultados artísticos.