La última sesión del año de la Cámara de Diputados transcurría con bastante tranquilidad hasta que llegó la hora de debatir el último proyecto de ley, presentado por la bancada oficialista, sobre el voto en el exterior. El primer artículo del texto dice: “Declárase, con carácter interpretativo, de los artículos 77, párrafo 1, y 81 de la Constitución de la República, que el hecho de residir fuera del país no obsta al ejercicio de los derechos y obligaciones inherentes a la ciudadanía”. Además, en su segundo artículo establece que se crea una “Comisión Honoraria” con el cometido de elaborar un proyecto e informe normativo en el que se analicen “las alternativas jurídicas para la instrumentación del voto por parte de los ciudadanos uruguayos residentes en el exterior, el cual será remitido al Poder Legislativo para su consideración”.

Mientras tanto, en los pasillos de la cámara algunos diputados de la oposición empezaron a señalar que el artículo 77 numeral séptimo de la Constitución de la República establece que “toda nueva ley de Registro Cívico o de Elecciones, así como toda modificación o interpretación de las vigentes, requerirá dos tercios de votos del total de componentes de cada Cámara”. Por lo tanto, antes de empezar a debatir el proyecto, el diputado blanco Pablo Abdala solicitó a la Mesa de la Cámara de Representantes que definiera cuál era la mayoría que a su criterio se requeriría para aprobar el proyecto de ley. Acto seguido, José Carlos Mahía, presidente de la cámara, contestó que se necesitaba una mayoría simple.

A continuación Abdala cuestionó a la mesa, porque, dada la importancia del asunto a tratar, esto implicaba “un atropello”. Agregó que su partido no se cierra a analizar alternativas sobre el voto en el exterior pero no está dispuesto a que se les venga “a imponer soluciones”, ya que el proyecto no representa a los partidos de la oposición, que además no tuvieron “la oportunidad” de dialogar sobre el tema. Por último, subrayó que la actitud de Mahía terminaba “siendo funcional” al “designio” de quienes propusieron el proyecto de ley.

En tanto, el colorado Ope Pasquet aseguró que el proyecto de ley es inconstitucional y señaló que su partido también acompañaba “el cuestionamiento a la mesa”. Agregó que el intento de “imponer por mayoría simple” lo que “sólo podría hacerse por la reforma de la Constitución o los dos tercios conspira contra la República y socava las bases de la paz entre los uruguayos”. “Es muy grave lo que se está haciendo, y no conozco precedentes en ese sentido desde 1985 hasta acá, por lo menos. No se puede desconocer la Constitución y un pronunciamiento del pueblo, que fue llamado a votar para habilitar el voto desde el exterior, y lo rechazó”, señaló Pasquet.

Por su parte, Daniel Radío, del Partido Independiente (PI), dijo que “es falso” que la Constitución establezca que para el ejercicio de los derechos y las obligaciones “sea indiferente que uno resida en Uruguay o no”. “La Constitución reclama el avecinamiento. A nadie se le ocurre que cuando la Constitución consagra el derecho a la vivienda esto quiere decir que le tenemos que hacer una vivienda al ciudadano uruguayo que vive en Sri Lanka o en Alto Volta”, señaló el legislador, y remató diciendo que no se iban a quedar en un debate “que pretende pasar por delante” a la Constitución.

“Esta Constitución no es la bicha, es la suprema norma magna de nuestro país, que regula la convivencia democrática. Por la vigencia de las normas corrieron ríos de sangre en nuestro país a través de mucho tiempo”, decía el diputado blanco Pablo Iturralde mientras levantaba el mencionado texto. Agregó que si el proyecto de ley sigue su camino, recurrirán a la Suprema Corte de Justicia, “que va a decir que es inconstitucional”.

En tanto, Roberto Chiazzaro, uno de los firmantes del proyecto, subrayó que el texto que se iba a tratar no consagra “en absoluto” el voto en el exterior, y que tampoco violenta la Constitución. Agregó que respalda al presidente de la cámara, que leyó “correctamente, sin intencionalidad política”, que el proyecto apunta a conciliar, algo que “gran cantidad” de diputados de los diferentes partidos han comentado: que les interesaba debatir el voto en el exterior. Además, señaló que en la actualidad “sólo vota el que tenga dinero y se pueda pagar el pasaje”, y que el primer artículo del proyecto dice algo “obvio”, porque en todas las elecciones hay ciudadanos que vienen y votan. Por último, dijo que en los demás artículos del proyecto se busca generar consenso con todo el sistema político, y subrayó que lo que hizo la oposición en sala fue “politiquería”, “circo político” y “terrorismo”. Al final, los representantes del Partido Nacional, el Partido Colorado y el PI se fueron de sala, y el proyecto se aprobó. Ahora pasará al Senado.