La Organización Mundial del Comercio (OMC) concluyó la semana pasada su conferencia ministerial en Buenos Aires sin avances concretos en la agenda de liberalización del comercio. El único logro fue la firma de declaraciones plurilaterales, que más que acuerdos son expresiones de voluntad sobre el rumbo que tendrían que tener las negociaciones. Uruguay firmó declaraciones que refieren al comercio electrónico, la facilitación de la inversión para el desarrollo, pequeñas y medianas empresas (pymes), la reglamentación nacional en servicios y medidas sanitarias y fitosanitarias.

La declaración sobre comercio electrónico reconoce “el importante rol de la OMC en promover ambientes regulatorios abiertos, transparentes, no discriminatorios y predecibles” para facilitar el comercio electrónico. Además, se acuerda una primera reunión de negociación en el primer trimestre de 2018.

La declaración sobre facilitación de la inversión señala la necesidad de desarrollar un marco multilateral para facilitar las inversiones, con el objetivo de “mejorar la transparencia y predecibilidad de las medidas de inversión” y acelerar los procedimientos administrativos para autorizarlas. Se excluye en esta materia la discusión sobre mecanismos de protección de inversiones y solución de controversias, y además se reconoce “el derecho de los miembros a regular para cumplir con sus objetivos de política”.

El documento plurilateral sobre reglamentación nacional de servicios sostiene que los avances en las negociaciones en esta materia traerán “beneficios reales a todos los proveedores de servicios –incluidos los proveedores de servicios de los países en desarrollo o de menor desarrollo, y especialmente para las mujeres y las pequeñas y medianas empresas– reduciendo los trámites burocráticos, simplificando los procedimientos para las licencias e incrementando la transparencia”.

La declaración sobre medidas sanitarias y fitosanitarias, impulsada por Estados Unidos, plantea que no se utilicen los requisitos sanitarios, y en particular el uso de pesticidas en la agricultura, como barreras al comercio sin la suficiente “justificación científica”. “Creemos tanto en la protección de la salud humana como en facilitar el acceso a la alimentación”, indica la declaración.

Por su parte, en una declaración pública, la red Nuestro Mundo No Está en Venta, conformada por 251 organizaciones sindicales, ambientalistas y de derechos humanos de todo el mundo, se manifestaron “profundamente decepcionados de que los miembros de la OMC una vez más hayan perdido una oportunidad crucial para abordar los problemas fundamentales del sistema comercial global”. Hicieron notar, por ejemplo, que no se registraron avances para reducir los subsidios “que distorsionan el comercio y dañan la vida de los agricultores alrededor del mundo”. En cambio, celebraron que no se hayan acordado nuevas normas sobre regulación nacional ni sobre facilitación de inversiones.

Las organizaciones también denunciaron que la inclusión de temas de género y vinculados a las pequeñas y medianas empresas se utilizan como “caballos de Troya” para introducir en las negociaciones los temas que realmente les importan a las transnacionales, por ejemplo el comercio electrónico, y recordaron que organizaciones feministas y de pymes se han expresado contra estas disposiciones en el marco de la OMC.