Carlos Santana, tal vez abstraído en su mundo musical y religioso, y poco consciente de las consecuencias de opinar en público hoy en día, tuvo la desafortunada idea de comentar que consideraba justo el Grammy a Mejor Disco ganado por Adele hace unos días, una opinión contraria a lo que sostiene buena parte de la prensa, que consideró el premio una demostración de puro racismo en demérito de la cantante Beyoncé, y a la de la propia Adele, que dedicó su discurso de agradecimiento a lamentarse de que Beyoncé no hubiera recibido la estatuilla. Santana no sólo emitió esa opinión tan a contramano en estos tiempos sensibles, sino que se le ocurrió agregar que la música de Beyoncé le parecía más bien algo relacionado con el modelaje, y que la vocalista no era lo que él considera una “cantante-cantante” (como, para él, sí lo es Adele). Ardió Troya alrededor del guitarrista mexicano, que se ganó el odio inmediato de los fans de Beyoncé, conocidos como la “BeyHive”, palabra que suena como “colmena” en inglés, quienes acudieron volando a clavarle sus aguijones, de la forma habitual entre los jóvenes de estos tiempos: copando la cuenta de Instagram de Carlos Santana y llenando los comentarios con emojis de abejas obviamente irritadas. Por desgracia para los enojados y vengativos fans de la cantante, que evidentemente no tienen la más puta idea de quién es el autor de Abraxas, este no tiene una cuenta de Instagram -tal vez no sabe ni lo que es- y el enjambre de encolerizados emojis e insultos en general fue a parar a la cuenta de un youtuber brasileño que se llama igual que el músico, y que debe haber quedado bastante confundido por la andanada de odio instantáneo que recibió.

Al enterarse, y por las dudas de que finalmente lo encuentren las abejas justicieras, Santana el guitarrista publicó un mensaje en su Facebook, aclarando que... bueno, que lo habían tomado fuera de contexto y que sólo siente respeto por Beyoncé, aunque sin desdecir una palabra de su opinión sobre la superioridad vocal de Adele.