Michael Flynn, asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense, Donald Trump, renunció hoy luego de haberse visto envuelto en un escándalo por sus conversaciones con el Kremlin, que no fueron debidamente informadas a la Casa Blanca.

“Desafortunadamente, por el ritmo de los acontecimientos, informé inadvertidamente con información incompleta al vicepresidente [Mike Pence] y a otros sobre mis llamadas con el embajador ruso [en Washington, Sergey Kislyak]”, admitió Flynn en su carta de renuncia, según publicó hoy la agencia de noticias Efe.

Las conversaciones con el Kremlin se produjeron antes de que Trump accediera al poder y fueron interceptadas por el FBI. En ellas, Flynn abordó el tema de las sanciones que el gobierno del ex presidente estadounidense Barack Obama le impuso al Kremlin por la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones de noviembre. Pero Flynn le había dicho a Pence y a otros funcionarios que no había hablado con Kislyak sobre estas sanciones.

No obstante, en su carta de renuncia, Flynn defendió que este tipo de conversaciones “son una práctica estandarizada en cualquier transición de tal magnitud”, y que buscaban “facilitar una transición fluida y empezar a construir una relación necesaria entre el presidente, sus asesores y líderes extranjeros”.

Tras aceptar su renuncia, Trump nombró hoy al teniente general retirado Joseph Keith Kellogg como asesor de seguridad nacional, que ocupará ese cargo de forma interina.

En tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, evitó hacer comentarios al respecto: “No quisiéramos comentar esto de ninguna manera. Es un asunto interno de los estadounidenses”.