El sueco Alfred Nobel no quiso pasar a la historia como inventor de la dinamita, sino como creador de los premios que llevan su nombre. Quizá su compatriota Stig Anderson, que fue el mánager de la exitosísima banda Abba, albergaba una intención similar cuando decidió, en 1989, instituir los premios Polar, que distinguen cada año la trayectoria de músicos destacados. Este año, el galardón será compartido por el británico Gordon Sumner, más conocido como Sting, y el estadounidense Wayne Shorter. Al informar sobre la decisión, el comité que otorga los premios fundamentó su decisión señalando que, “como compositor, Sting combina el pop clásico con una musicalidad de virtuoso y una apertura a todos los géneros y sonidos del mundo”, además de que “ha sido infatigable al usar su posición como artista que llena estadios para promover los derechos humanos”; en tanto que Shorter “ha buscado constantemente caminos nunca antes explorados”, a lo largo de una carrera que incluye la participación en grupos como Jazz Messengers, uno de los famosos quintetos de Miles Davis, y Weather Report, además de su producción como solista y su papel como autor de “varias de las composiciones más perdurables en la historia del jazz”.