La ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner declaró como imputada hoy ante la Justicia de su país por una causa de presunto lavado de dinero y cohecho.

Fernández negó los cargos y denunció una “maniobra político-judicial” contra ella. Al igual que hicieron sus hijos ayer, la ex mandataria no contestó preguntas, pero presentó un escrito ante el juez Claudio Bonadio, y luego se marchó, sin dar declaraciones a la prensa, consigna la agencia de noticias Efe.

“Sostener que se lava dinero cuyo origen es absolutamente conocido, se encuentra dentro del circuito bancario y circula de la misma manera, pagándose los correspondientes impuestos, es justamente el caso contrario a un delito de esta naturaleza”, dijo Fernández en el texto que le entregó a Bonadio, que la propia ex mandataria divulgó en sus cuentas en las redes sociales.

Allí también resalta que es víctima “de una persecución judicial y mediática que no registra antecedentes” en el país. La Justicia actualmente estudia si la empresa familiar Los Sauces recibía millonarias sumas de dinero por el alquiler de inmuebles a los empresarios Cristóbal López y Lázaro Báez, a los que se señala como beneficiarios de obras públicas y licencias. “Los contratos de alquiler [...] pretenden ser calificados como un supuesto de lavado de dinero. Tal imputación resulta ridícula y contradictoria con todos los elementos de prueba ya incorporados a la causa”, aseguró Fernández.