A Fernando (Gastón Pauls) le llora un ojo, y el gesto indiferente no alcanza a ocultar su mirada perdida. Entre tonos sepias, luces brumosas y cajas de cartón, el que despeja el trance es un César Troncoso de bigote y gomina. Los dos empiezan a recorrer el depósito que Fernando deberá custodiar. La cámara acompaña el zigzag entre el baño con ducha, el patio con parrillero, los laberintos confusos y las escaleras encubiertas de ese monstruo en ruinas. Se trata de El sereno, la primera película de Joaquín Mauad y Óscar Estévez (guionista de La casa muda y coguionista de Dios local) con coproducción entre Argentina y Uruguay.
Entre esa realidad de pallets, hormigón, polvo y cartón el personaje comienza a vagabundear, atormentado por una serie de situaciones extrañas. Desde el comienzo, El sereno es una apuesta climática anclada en el atormentado mundo del protagonista, que ofrece pura vigilia y sensorialidad de un tiempo detenido, un lapso signado por la inminencia de la muerte, de la locura, o simplemente de ese limbo cada vez más acorralado por sus propios demonios. Lo particular del film, que por momentos decae debido a lo errático del guion, es el cruce entre el thriller psicológico y la fuerte presencia física de los elementos, teñidos de una profunda y húmeda paranoia, entre los que deambulan la cámara, el sereno y su mundo fantasma.
Pero hay algo más, que convierte a esta película en emblema de un acontecimiento: ayer con El sereno se inauguró la nueva sala B del Auditorio Nelly Goitiño (18 de Julio 930) que, de jueves a domingos, exhibirá estrenos uruguayos y latinoamericanos (justamente, El sereno estará en exhibición hasta este domingo). La programación de esta sala equipada con un sistema Dolby de última generación estará a cargo del productor Gabriel Massa, director de la distribuidora Buen Cine.
Según contó Massa a la diaria, es un proyecto en el que se trabajó muchísimo tiempo hasta que, durante el Compromiso Audiovisual, se habló de concretarlo. “La red de salas se está consolidando, porque además del SODRE están la red de salas del ICAU [Instituto del Cine y el Audiovisual Uruguayo]. El sereno, por ejemplo, se estrena en cuatro salas montevideanas y en diez del resto del país. Es el resultado de un proceso acumulativo de un par de años”, plantea Massa.
El programador adelanta que el propósito de este nuevo espacio es convertirse en un lugar de “exhibición central” y que las películas puedan circular por otras salas alternativas. “Si bien para films como El sereno sólo se trata de una sala más que apoya su distribución e intenta ofrecerle permanencia, el rol fundamental lo cumplirá con las obras que no tengan lugar en el circuito comercial”, sostuvo.
Algo que sorprendió fue que hubiera tantas producciones uruguayas esperando una oportunidad de ser vistas por el público de nuestro país: “Quería programar más cine latinoamericano y, hablando con representantes del sector audiovisual, fueron surgiendo menciones a películas nacionales que ya están listas desde hace un tiempo, pero que nunca han visto la luz porque no había dónde exhibirlas”, apunta Massa. Una de ellas, que menciona como ejemplo, es el documental Detrás del mito, de Marcelo Rabuñal, acerca de Artigas. “Sabemos que en el año podría llegar a haber alrededor de 15 estrenos nacionales. Nos interesa que todos pasen por la sala, tanto por las condiciones como por el trato preferencial que les dedicaremos, ya que el objetivo básico no es económico. Se trata de una sola sala con cuatro días a la semana [de exhibición], así que, como aspiramos a la permanencia de las películas y a la variedad de la programación, el gran problema que estamos enfrentando, para organizarnos de la mejor manera, es el gran número de estrenos nacionales; debemos evitar que haya varios en el mismo mes, para que cada film pueda tener su propia historia y su propia producción”.
En dos semanas, otro de los estrenos esperados será el de la brasileña Aquarius, dirigida por Kleber Mendonca Filho y protagonizada por la sublime Sonia Braga. Estrenada en el festival de Cannes, es la historia de una mujer que se niega a vender la casa en la que vivió los mejores años de su vida, y por eso debe soportar las mafiosas presiones de la corporación inmobiliaria que intenta desalojarla. En el transcurso del año, entre otros estrenos uruguayos desfilarán la celebrada La larga noche de Francisco Sanctis y Los niños, nuevo documental de la aclamada directora chilena Maite Alberdi, que se estrenará primero en DocMontevideo y después en la sala B. “La idea es comenzar a generar vínculos, asistir a festivales para ir consolidando una red que nos posibilite traer no sólo películas, sino también directores”, cuenta el programador, y asegura que “el primer gran desafío es tratar de que aquellos a los que les interesa este tipo de cine visualicen a la sala como un lugar de encuentro. Y, a la vez, generar una programación que les interese a los productores -por la permanencia-, sin que pierda la diversidad de un cine que no se estrena en Montevideo, como es el latinoamericano, porque de las películas argentinas en general se estrenan las producciones con [Ricardo] Darín, o las de las majors, y no el cine distinto. Así, el propósito es ir generando otros públicos, que accedan a otro tipo de películas en condiciones inmejorables”, señaló.