Florencia y Máximo Kirchner, los hijos de los ex presidentes de Argentina Néstor Kirchner y Cristina Fernández, declararon esta mañana como imputados ante la Justicia, por los supuestos delitos cometidos durante las administraciones de sus padres.

Ambos están imputados por lavado de dinero y cohecho, delitos que habrían cometido por medio de la empresa familiar Los Sauces. Según la investigación fiscal, empresarios que eran beneficiados con contratos de obra pública pagaban sobornos en forma de alquileres en las distintas propiedades que tiene la familia Kirchner, pese a que después no iban a esos lugares.

“Me veo obligada a aclarar que en ningún momento de mi vida integré una asociación ilícita criminal ni tampoco participé en maniobras de lavado de activos de origen ilícito ni en ningún otro delito”, afirmó Florencia Kirchner, de 26 años, en un escrito presentado ante el juez del caso, Claudio Bonadio, según consigna la agencia de noticias Efe.

La agencia informó, con base en fuentes judiciales, que si bien Florencia Kirchner no respondió preguntas ante las autoridades, presentó un escrito en el que además asegura que su involucramiento responde únicamente a ser “la hija de Cristina y Néstor”, quienes fundaron Los Sauces en 2006 junto con Máximo, cuando ella solo tenía 16 años. Tras la muerte, en 2010, de Néstor Kirchner, Florencia se convirtió en la heredera de la empresa.

En tanto, según constata la agencia de noticias, Máximo Kircher tampoco respondió las preguntas y consideró un “verdadero disparate” sospechar que el pago de alquileres a Los Sauces fuera un mecanismo para cobrar sobornos por la concesión de obra pública.

Para acompañar las declaraciones de los hijos del matrimonio Kirchner, varios militantes kirchneristas se manifestaron en apoyo a los imputados. Entre ellos se encontraba la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.