La muerte del guitarrista y cantante Gustavo Cerati en 2014, luego de su dolorosa convalecencia de cuatro años, pareció cerrar definitivamente la historia de Soda Stereo como espectáculo; su música seguiría sonando pero ya no habría nuevas presentaciones de esa banda de periódicas reuniones y separaciones, que integraron también el bajista Zeta Bosio y el baterista Charly Alberti. Sin embargo, la producción del espectáculo Sép7imo día, a cargo de la compañía de acrobacia francesa Cirque du Soleil (“Sodacirque” para la ocasión), causó una inesperada resurrección del concepto de Soda Stereo como espectáculo, uno de los aspectos que siempre habían distinguido a la que posiblemente haya sido la banda de rock argentina más popular de todos los tiempos. Y a espaldas de ese Sép7imo día es que llega el libro Soda Stereo: La biografía total, del periodista argentino Marcelo Fernández Bitar, un veterano insider de la escena del rock de la vecina orilla y autor del seminal Historia del rock en Argentina (1986, con versión ampliada en 1993). En realidad, se trata de una reedición ampliada y reescrita de Soda Stereo: La biografía (ahora “total”, en referencia a la muy citada despedida de Gustavo Cerati en su show final de 1997, “gracias totales”); Bitar fue periodista de confianza de la banda y, además de este libro ahora reciclado, publicó en 2008 Diario de gira, dedicado al registro de lo que fue la reunión de Soda Stereo hace diez años, que no estaba prevista como la última -el trío tenía pensado juntarse para realizar espectáculos cada tres o cuatro años-, pero que lo fue debido al accidente cerebrovascular sufrido por Cerati en 2010. En el marco de aquella gira, la banda llevó a cabo seis presentaciones en el estadio de River Plate, que sumaron la mayor cantidad de público con entradas pagas que jamás haya convocado un grupo argentino en su país.

Esta nueva versión de Soda Stereo: La biografía se suma a una cantidad bastante amplia de textos que se escribieron sobre la banda durante su existencia, y que se multiplicaron luego de aquel infarto cerebral y posterior fallecimiento de su líder, entre ellas obras recientes como el no autorizado oficialmente Cerati: la biografía (Juan Morris, 2015) y la autobiografía de Bosio Yo conozco ese lugar (2016), a las que complementa por ir en una dirección diametralmente opuesta a las aproximaciones más bien enfocadas en lo humano de esos dos libros. El trabajo de Bitar, sin ser un texto clínico o frío, es sumamente distante en lo referido a las vidas personales de los integrantes de la banda; no hay revelaciones escandalosas sobre sexo, fama, drogas y peleas, sino sobre todo un registro de actividades abundante en datos, fechas y textos contemporáneos a toda la carrera de Soda, que duró -con interrupciones- 25 años. Frecuente entrevistador de sus integrantes y metódico, Bitar desarrolla la historia del grupo en forma ordenada y con una objetividad poco habitual en estos libros orientados esencialmente hacia los devotos de su sujeto de investigación. Pero si bien es sumamente legible y muy disciplinado en lo periodístico, Soda Stereo: La biografía total delata un poco su origen de libro de ocasión y divulgación originalmente escrito en 1990, cuando a Cerati y compañía aún les faltaba dar varios de sus pasos más importantes. No hay en la obra una visión valorativa o reflexiva sobre la importancia artística de la banda, y por momentos parece una simple enumeración de giras, cifras y movimientos de personas, discos y dinero. Es un texto relativamente breve en relación con lo que podría haber sido una biografía más exhaustiva, y aunque hay que agradecerle que no le sobre nada ni caiga en misticismos de fan, da la impresión de quedarse corta si lo que se pretendía era, tal como la presenta su nuevo título, que fuera una biografía “total”.

En cierta forma, este texto reproduce un poco -aunque sin caer en el esnobismo o los tics de moda- el carisma algo helado y perfeccionista de la banda en la que se centra. Más allá del pudor que pueda haber tenido el autor en relación con las conductas íntimas de los integrantes del grupo -que, como buena banda de los 80 y 90, tuvo su gran cuota de excesos-, lo que emerge del libro es una formación obsesionada (junto a sus compañías y mánagers) por el control absoluto de su propuesta, con un profesionalismo calculador, siempre actualizado, siempre ambicioso, siempre con los ojos puestos más en el objetivo de posicionarse en la punta que en el juego, y con un aparente rechazo a cualquier forma de espontaneidad que tal vez haya sido su arma secreta, pero también su limitación.

El libro contiene un material fotográfico abundante, con varias imágenes raras u olvidadas, y llega incluso a cubrir la producción del ya mencionado espectáculo Sép7imo día. Extrañamente, casi no contiene ninguna referencia a la carrera solista de Cerati -salvo a su primer disco, Amor amarillo (1993)-, y esquiva por completo las circunstancias de su colapso y su internación, sin mencionar siquiera su muerte o las reacciones ante ella de Bosio y Alberti, más allá de un recuerdo de su memoria en la página de agradecimientos. Ya sea por respeto, por dar una idea de continuidad o por no caer en la redundancia de volver sobre algo acerca de lo que se ha escrito mucho, semejante elipsis u omisión no puede considerarse un descuido involuntario o alguna clase de error.

Soda Stereo: La biografía total

De Marcelo Fernández Bitar. Buenos Aires, 2017. Editorial Sudamericana. 270 páginas.