Un día después de su estreno en Estados Unidos, y en una fecha ideal para empezar a ver un programa que ha despertado grandes expectativas, se estrenará para Latinoamérica -por medio de Amazon Prime Video- la serie de la cadena Starz American Gods, basada en la que se considera la obra mayor de quien posiblemente sea el más respetado escritor de fantasía de la actualidad, el británico Neil Gaiman.

El libro American Gods fue editado en 2001, cuando Gaiman era conocido esencialmente como el autor de los guiones del revolucionario cómic de DC The Sandman, que partió de la recreación de un antiguo y bastante oscuro personaje del catálogo de héroes de esa editorial, para terminar convirtiéndose en una saga épica e increíblemente ambiciosa, protagonizada por varias deidades de diversas religiones del mundo entero.

En The Sandman, Gaiman demostró su talento para manejar criaturas míticas humanizándolas y sin caer en lo desmesurado, y utilizaría luego ese talento en la novela American Gods, que trata justamente de una serie de dioses provenientes de diversas tradiciones (Odín, Kali, Anubis y otros), que -con sus poderes disminuidos por la falta de creyentes- deambulan por Estados Unidos bajo forma humana, preparándose para participar en una guerra contra una nueva serie de dioses, que son manifestaciones de la tecnología moderna (internet, los medios electrónicos, el transporte).

Ese libro, además de su gran despliegue de imaginación, se planteaba también como una reflexión sobre las creencias y tradiciones que acompañaron a los inmigrantes a su llegada a ese gran melting pot cultural que es Estados Unidos. Recibido como un clásico instantáneo, ganó en 2002 los premios Hugo, Nébula, Locus y Bram Stoker a mejor novela, es decir que arrasó con todos los premios de real importancia de la ciencia ficción y la fantasía en habla inglesa.

Aunque hace muchos años que viene hablándose de una adaptación audiovisual, mientras Gaiman no descartaba la posibilidad de escribir algún día la continuación de su novela, la versión televisiva llega finalmente más de una década y media después de la edición del libro y de la mano del propio Gaiman, que se ha encargado de la producción y de supervisar que se mantenga la fidelidad a su historia, desarrollada para la pantalla chica por el productor Bryan Fuller -responsable de Hannibal- y Michael Green, guionista de Logan y de la inminente secuela de Blade Runner.

Esta primera temporada de American Gods consistirá -al mejor estilo de Game of Thrones, Legion y las series de fantasía más cuidadas- en sólo ocho episodios, que abarcarán un tercio de la novela original, de modo que no hay que ser demasiado astuto para prever la posibilidad de por lo menos dos temporadas más.

Estos primeros episodios siguen los pasos de Shadow Moon (Ricky Whittle), un ex convicto cuya historia iremos conociendo gradualmente y que, cuando sale de prisión para afrontar una situación mucho peor de la que había esperado, es contratado como guardaespaldas por un hombre misterioso llamado Wednesday (miércoles) -interpretado por Ian McShane, el recordado protagonista de la serie Deadwood-, quien es en realidad el dios nórdico Odin, en un trayecto de reclutamiento de aliados para su batalla contra los recién llegados dioses del materialismo. Muchos aspectos de la trama resultarán ser bastante más complicados de lo que parecen a primera vista.

Los episodios que fueron exhibidos como preestreno a la prensa estadounidense han cosechado elogios casi desmesurados, llegando a ser calificados por Entertainment Weekly como parte de “la serie más importante de la televisión”, a la vez que se ha señalado la coincidente actualidad de la historia, que puede interpretarse como la de un grupo de inmigrantes en lucha con un mundo nuevo que los rechaza y hostiga.

El canal Starz lanzó como promoción previa una serie de afiches con varios de estos personajes divinos, junto a la elocuente y muy popularizada expresión “OMG” (oh my god!), significativa de la devoción que se espera que American Gods provoque rápidamente, si no la ha provocado ya.