Tal como se preveía, la presidencia de Francia se decidirá en la segunda vuelta, ya que en la elección de ayer, ni el centrista Emmanuel Macron ni la ultraderechista Marine Le Pen, los dos candidatos más votados, lograron la cantidad de votos necesarios. La agrupación que salió más golpeada de la elección fue sin dudas el Partido Socialista, que con solamente 6% de los votos tuvo una de las votaciones más bajas de su historia. Un dirigente socialista reconoció que “esto es grave, pero desgraciadamente la situación puede empeorar, porque en estas elecciones no se presentó ningún chimpancé. Y en la Francia de hoy, seguramente hay mucha gente que prefiere votar a un chimpancé antes que a un socialista. No podemos esperar a que habiliten a los primates, hay que reaccionar ya”. A pesar del escaso margen de distancia entre Macron y Le Pen, la mayoría de los analistas consideran casi segura una victoria del centrista en la segunda vuelta, ya que varios candidatos perdedores llamaron abiertamente a votar contra la candidata del Frente Nacional. Esto fue visto como una “buena noticia” por los colectivos de defensa de los derechos de los inmigrantes ilegales, ya que, según explicó un representante de una ONG que trabaja en este tema, “sin Le Pen no va a haber planes de deportación masiva de inmigrantes, así que quienes están en Francia sin papeles van a poder seguir viviendo, trabajando, atendiéndose en los hospitales y siendo estafados por banqueros, como cualquier ciudadano francés”. Es que muchos especulan con la posibilidad de que Macron, quien es un banquero recién llegado a la política, pueda gobernar en favor de las instituciones financieras. “Es cierto, lo más probable es que nos libremos del nacionalismo populista pero caigamos en manos de banqueros estafadores. Pero ellos en ese sentido siempre han sido tolerantes y civilizados, y a la hora de estafar gente no discriminan entre hombres, mujeres, negros, blancos, musulmanes, homosexuales o transexuales”, opinó un periodista de Radio Francia Internacional.