Según anunció a la diaria Julián Ubiría, gerente general de Penguin Random House, esa editorial lanzará dos títulos hasta ahora inéditos de la estadounidense Lucia Berlin (1936-2004), quien en vida sólo publicó libros con pequeñas tiradas, pero que con la edición póstuma en 2015 de Manual de mujeres para la limpieza deslumbró al mundo literario. A fines del año que viene se conocerán un libro con 34 relatos y otro de apuntes autobiográficos con fotos, manuscritos y cartas. Como sus cuentos tienen algo de autobiografía, seguramente esto sirva para resignificar los 43 de Manual..., un libro que encabezó la lista de los mejores de 2015, tanto en el mundo hispano como en el anglosajón, y por el cual se la comparó con escritores como Raymond Carver. Para los que gozan con la buena literatura, la publicación de estos volúmenes es, más que una buena noticia, una gran celebración de la posibilidad de reencuentro con la feroz solidez narrativa de Berlin.
La escritora nació en Alaska en 1936 y vivió un buen tiempo en el territorio de yacimientos mineros del oeste estadounidense. Cuando su padre se fue a la guerra, se trasladó con su madre (a la que describe como una mujer “fría, racista y alcohólica”) a El Paso (Texas), donde no le quedó otra que asistir a un colegio de monjas y ser allí la única protestante. Durante su adolescencia, esta mujer notablemente bella -muy a lo Elizabeth Taylor- se mudó a Chile, vivió como una aristócrata -un príncipe llegó a encenderle su primer cigarrillo-, crió sola a cuatro hijos, se enfrentó a tres divorcios, al alcoholismo y a incesantes mudanzas, y trabajó como profesora, recepcionista, ayudante de enfermería y limpiadora. Escribió con una precisión magistral, logrando escenas memorables, personajes impensados y un discurrir irreverente y espontáneo. Aunque recién ahora todos estemos hablando de ella.