En una más de las ediciones de lujo que conmemoran los 50 años de discos lanzados en 1967, el compositor y cantante Van Morrison acaba de presentar la de su primer álbum, Blowin' Your Mind!, que no fue, por cierto, el mejor, pero tiene algunas características extrañas e interesantes.

Hubo varios momentos estelares en la trayectoria de Morrison, irlandés del norte nacido en 1945, desde el éxito de “Gloria” con su primer grupo, Them, hasta discos magníficos como Astral Weeks (1968), Moondance (1970), Veedon Fleece y el registro en vivo It's Too Late To Stop Now (ambos de 1974) o Irish Heartbeat (1988, con The Chieftains), entre otros. También, antes de que en las últimas décadas se estabilizara, ya veterano, en un nivel muy aceptable pero nada removedor, hubo varios períodos complicados, entre ellos el que medió entre su alejamiento de Them, en 1966, y el verdadero despegue de su carrera solista con el mencionado Astral Weeks, dos años después.

Durante ese par de años, Morrison pasó a residir en Nueva York, convocado por el productor Bert (nacido Bertrand Russell) Berns, una estrella ascendente en aquel momento, y logró un enorme éxito con la canción “Brown Eyed Girl”, pero también editó el sumamente desparejo Blowin' Your Mind! (1967), que contiene canciones memorables como “TB Sheets” (una larga expresión de angustia en formato blusero acerca de una ex novia con tuberculosis) y otras muy poco distinguidas. Ese disco de larga duración no había sido pensado como tal, sino que fue el resultado de una serie de sesiones de grabación básicamente pensadas para editar simples, reunidas por Berns contra la voluntad del artista. Morrison volvió a su tierra natal, y la versión más habitual de la historia es que si el productor no hubiera fallecido de modo inesperado a fines de 1967, dejándolo libre de obligaciones contractuales, sería difícil imaginar cómo habría seguido su carrera.

La cuestión es que, como se fue sabiendo después, aquel período neoyorquino tuvo diversas complicaciones. En primer lugar, la molestia de Morrison con Berns no se debió sólo a la edición del disco debut, sino también a que el productor no se había molestado en obtener un permiso de trabajo para él, y la dirección de migraciones de Estados Unidos decidió expulsarlo. En segundo lugar, Berns le exigió, como contrapartida de realizar gestiones que le permitieran quedarse, la entrega de composiciones nuevas, y Morrison decidió “cumplir” con ese pedido grabando de un tirón, solo con su guitarra, 31 esbozos de canciones sumamente breves, varias de ellas con música muy similar (empleando la progresión de acordes preferida por el productor) y con textos de un par de líneas o poco más, que en su mayoría consistían en exhortaciones a bailar (“Twist And Shake”, “Shake And Roll”, “Stomp And Scream”, “Scream And Holler”, etcétera) o burlas e insultos a Berns. En tercer lugar, el regreso de Morrison a Belfast probablemente no se debió sólo a sus problemas de residencia, ni sólo a que no quería hacerle frente al productor después de su travesura en el estudio, sino también -y quizá sobre todo- a que el artista descubrió que Berns, que estaba en graves problemas económicos, había recurrido a préstamos de la mafia, y que esta era, de hecho, la propietaria del sello, con seguridad bastante molesta por las “nuevas canciones” que se le habían entregado. Por esas ironías de la vida, el sello discográfico se llamaba Bang Records...

Por suerte para el cantante, el ejecutivo de la industria discográfica Joe Smith, que luego llegaría a ser presidente del sello Warner, convenció a esa empresa de que Morrison era una inversión estratégica, y averiguó que los nuevos dueños de Bang, no demasiado interesados en vender vinilo, estaban dispuestos a cederle el contrato por sólo 20.000 dólares. Según ha contado Smith, la transferencia fue de película, en el tercer piso de un almacén abandonado de Nueva York, donde se encontró con dos personas que le entregaron el documento de cesión a cambio de un maletín con el dinero. Una vez que tuvo el papel en sus manos, el ejecutivo temió que lo estuvieron esperando a la salida y se tiró por una ventana a la calle, donde se apresuró a tomar un taxi. Luego Morrison empezó a grabar Astral Weeks para Warner.

En cualquier caso, todo eso es historia antigua, al igual que las innumerables presentaciones, no necesariamente legales, que han tenido aquellas canciones de Nueva York en el último medio siglo. Ahora Morrison, que recientemente decidió comenzar a lanzar mediante su propia empresa, Exile Productions (distribuida por Sony), reediciones ampliadas de sus discos, puso a la venta The Authorized Bang Collection, que contiene un CD con versiones remasterizadas del Blowing Your Mind! original, otro con versiones en mono y otras grabaciones del período previamente inéditas, y un tercero, titulado Contractual Obligation Session (sesión de obligación contractual), que incluye las 31 minicanciones mencionadas.