El ruso Alexandr Burdonski, autor de más de 20 obras teatrales, falleció ayer en Moscú a raíz de una enfermedad cardíaca, y la noticia circuló rápidamente a raíz de su parentesco con Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, más conocido como Iósif Stalin. Desde 1972, el dramaturgo trabajó en el Teatro del Ejército Ruso, donde llevó a escena diversos espectáculos. Su padre, Vasili, era aviador militar y el menor de los hijos varones de Stalin: dos años después de la muerte de este, en 1953, Vasili fue condenado a ocho años de prisión por “propaganda y agitación antisoviética”. Como se encargó de remarcar la prensa, el aviador murió, alcohólico, en 1942, poco antes de cumplir 41 años. Según admitió Burdonski en una entrevista televisiva, su “padre era una persona con mucho talento”, pero también un violento que maltrataba a la madre del dramaturgo y a sus otras parejas. En cuanto a su abuelo, dijo una vez al periódico ucraniano Bulvar Gordona que “era un verdadero tirano”, y que le resultaba incomprensible que hubiera “quienes intentan inventarle alas de ángel, negando los crímenes que cometió”, y añadió que no le deseaba a nadie lo que a él le ocurría, porque “ser nieto de Stalin es una cruz muy pesada”. Burdonski nunca visitó la tumba del líder soviético, y el apellido que usaba era el de su familia materna.

En cuanto a lo artístico, el trabajo teatral de Burdonski fue premiado por las autoridades rusas, tanto en la época de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas como después de su desintegración: en 1985 se lo distinguió con el título de Artista Emérito de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia, y en 1996, con el de Artista del Pueblo de la Federación Rusa.