El arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla, sostuvo que la negativa que ayer dio la Junta Departamental capitalina a colocar una estatua de la Virgen María en la rambla del Buceo supone un “claro retroceso en el camino hacia una laicidad moderna, abierta y positiva”.

Según el cardenal, desde el retorno a la democracia, el país dio muchos pasos en ese sentido, como “el feriado declarado cuando la visita del papa Juan Pablo II en 1987, la permanencia de la cruz de Tres Cruces, la apertura a la colaboración Estado-sociedad civil en la atención a los menores vulnerables o ancianos a través de multiplicidad de convenios entre instituciones del Estado y de la Iglesia”, y “la participación del arzobispo de Montevideo y de sacerdotes en la Comisión para la Paz creada por el presidente [Jorge] Batlle”, entre otros casos.

Sturla recordó que la instalación de la estatua “contó con la aprobación de la [ex] intendenta Ana Olivera, del intendente Daniel Martínez, de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación, del Municipio CH y de la Comisión de Nomenclatura de la Junta Departamental”, pero que “llama la atención que la bancada mayoritaria [del Frente Amplio] declarara el asunto como de 'disciplina partidaria' para que sus integrantes votaran unánimemente en contra”.

“El hecho de esta votación significa un claro retroceso en la laicidad entendida como apertura, pluralidad, posibilidad de manifestar, también a través de un monumento, una de las expresiones religiosas más queridas para un importante núcleo de la ciudadanía”, sostiene el cardenal, que además asegura que se trata de un “claro acto de discriminación hacia la comunidad católica, que nos retrotrae a más de un siglo de distancia, a tiempos de duros enfrentamientos que parecían ya superados”.