El presidente brasileño Michel Temer firmó esta tarde un decreto a través del cual autoriza el empleo de las Fuerzas Armadas para “Garantizar la Ley y el Orden del Distrito Federal”, una figura prevista en la Constitución, desde ayer y hasta el 31 de mayo.
El decreto fue publicado tras una movilización multitudinaria convocada por la Central Única de Trabajadores (CUT) y movimientos de izquierda que pedían el fin de las reformas que impulsa el gobierno en el Congreso y la renuncia del presidente.
Esta tarde, además, el Partido de los Trabajadores emitió un comunicado en el que evalúa que hoy “quedó sellado el fin del gobierno ilegítimo del golpista Michel Temer. No hay más condiciones morales o políticas para que ese usurpador permanezca en el poder en Brasilia”.
La medida adoptada por Temer fue criticada por prácticamente todos los partidos políticos e incluso por uno de sus correligionarios del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el ex presidente de la Cámara de Senadores Renan Calheiros, quien dijo que “roza la insensatez” y la “irresponsabilidad” convocar a las Fuerzas Armadas mientras “el país se está prendiendo fuego”. “No serán las Fuerzas Armadas las que sustenten al gobierno”, agregó.
En paralelo, los partidos aliados del gobierno ya están planificando la sucesión de Temer como presidente, informaron ayer varios medios brasileños. Cuentan con que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) sea el que dictamine su salida del cargo.
Algunos dirigentes de la coalición que respalda a Temer manifestaron a O Estado de São Paulo que quieren contar con una salida rápida ante la eventual destitución de Temer no solo para evitar la prolongación de la crisis política, sino también para frenar los reclamos de elecciones directas, impulsados principalmente por la oposición de izquierda y los sindicatos, como en la movilización de ayer.