Los últimos meses fueron un período extraordinario para el actor y músico estadounidense Donald Glover, quien logró grandes sucesos como creador, guionista y protagonista de la serie Atlanta y con su tercer disco de hip hop y soul, Awaken, My Love!, editado como los anteriores bajo el alias Childish Gambino. Pero aparentemente esa doble vida artística va encaminada a su fin, o a una fusión de ambas vertientes. Glover se hizo conocido en su rol de Troy Barnes en la comedia Community, pero tenía ya una importante experiencia previa como uno de los guionistas del éxito de Tina Fey 30 Rock, y simultáneamente había desarrollado una carrera como DJ, compositor y MC de hip hop. En 2014 abandonó Community, y se pensó que iba a volcarse a su carrera musical o a la de comediante de stand-up, otra de sus múltiples actividades, pero en realidad había comenzado a delinear la idea de Atlanta, un programa inclasificable entre comedia y drama, sobre las andanzas de un grupo de adultos jóvenes –uno de ellos interpretado por Glover– de la pintoresca escena del hip hop de la ciudad que le daba nombre. No fue un fenómeno masivo de público, pero la crítica lo consideró una auténtica revolución de la televisión afroestadounidense y de la comedia televisiva en general, y ganó dos más que merecidos Globos de Oro.
No se sabía qué tipo de continuidad tendría la serie, pero en los últimos días Glover le confirmó a la revista Variety que trabajaba en la segunda temporada de Atlanta para que fuera mejor y más coherente que la primera (cada uno de sus episodios había sido muy independiente a nivel temático y de estilo). Pero ese no es el único proyecto de Glover para este año, ya que también fue confirmado que será el nuevo rostro de Lando Carlissian –el pirata espacial de la saga de Star Wars– en una próxima película sobre la juventud de Han Solo.
Tal vez fue por todo eso que Glover anunció que el próximo disco de Childish Gambino será el último, sugiriendo que piensa abandonar ese personaje –al que alguna vez se refirió en forma burlona como “un Drake envejecido”–, aunque probablemente no la música.