Cuando se editó el disco Blue Lines (1981), del colectivo de artistas de trip-hop Massive Attack –en lo que fue una revolución simultánea del rock alternativo, el hip hop, el reggae y la música electrónica–, entre las variadas voces que lo poblaban (Tricky, Sarah Nelson, Neneh Cherry) se destacó una muy melódica, madura, con mucho soul y algo de androginia, de un tal Horace Andy, que participaba en tres de los temas de ese álbum casi perfecto. Cuando se supo más acerca de aquel colectivo de Bristol, quedó claro que no se trataba de un nuevo artista, sino de un cantante jamaiquino legendario en su país, pero sólo conocido en Reino Unido por un círculo de fans del roots reggae (el más puro y fiel a sus raíces), entre los que se encontraban los creadores de Massive Attack. Andy terminó participando en los cinco discos de los ingleses, y puso su garganta al servicio de temas esenciales de la banda, como “Five Men Army”, “Hymn of the Big Wheel” y “Angel”.

Ya había cumplido 40 años cuando Robert Naja y los suyos lo llamaron, y tenía detrás más de 20 de carrera: su primer simple –“This is a Black Mans Country”– salió en 1967. Impactado por Bob Marley –y, como él, adherente a la religión rastafari–, grabó varios simples sin mayor éxito hasta que en 1972 consiguió un número uno en los charts jamaiquinos con el tema “Skylarking”, al que siguió con el mismo resultado, en 1973, “Children of Israel”, aunque su mayor éxito fue una versión en reggae del clásico de Bill Withers “Ain’t No Sunshine”. A fines de los 70 emigró a Estados Unidos y luego a Inglaterra, pero siempre mantuvo un firme contacto con su tierra natal. Más allá del roots reggae, experimentó con el dub y a principios de los 80 se acercó al más callejero estilo dancehall –emparentado en su temática con el hip hop– mediante un disco llamado coherentemente Dance Hall Style (1982). Su colaboración con Massive Attack lo volvió una estrella mundial y ayudó a relanzar su carrera como solista, que nunca abandonó mientras colaboraba con el grupo de Bristol, participando además en discos paralelos con el productor y músico Mad Professor, y en otros proyectos colectivos como 1 Giant Leap y el conglomerado de artistas de reggae Easy Star All-Stars.

El Horace Andy que se presentará este lunes en La Trastienda tiene 66 años, pero conserva su distintiva y aguda voz en buen estado, y sigue sacando discos de un género que, pese a su escasa promoción mundial, moviliza multitudes y cuenta con un gran número de cultores en Uruguay. Ellos tendrán la rara oportunidad de ver de cerca a uno de los últimos grandes del reggae.