El Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos Tenemos que ver, centrado, en esta ocasión, en los fenómenos migratorios, se extenderá por una semana y contará con una selección de 37 obras provenientes de 23 países, que se acercan a la temática de los derechos humanos desde diversas perspectivas. Organizado por los grupos Tenemos que Ver y Cotidiano Mujer, se llevará a cabo –con entrada libre– en el Auditorio Nelly Goitiño montevideano, con salas de exhibición paralela en otros cuatro departamentos: Canelones (Canelones, La Floresta, Las Piedras, Parque del Plata y San Bautista), Colonia (Carmelo), Salto (sede de la Universidad de la República) y Maldonado (Biblioteca José Artigas). También se podrá ver en el canal TV Ciudad de la Intendencia de Montevideo, que emitirá películas de Tenemos que ver todos los días a las 23.30. Empecemos por las obras que competirán por el voto del público.

El documental argentino Ni un pibe menos, del director italiano Antonio Manco, reconstruye el asesinato de un niño de nueve años baleado en 2013 en un asentamiento bonaerense (Zavaleta), a la vez que registra los modos de intervención de las fuerzas de seguridad en las villas. En tránsito, del vasco Oskar Tejedor, se dedica a narrar el proceso migratorio de mujeres latinoamericanas que emprenden una nueva vida en Euskadi (País Vasco), en busca de estabilidad económica; centrado en Nicaragua y Honduras, este documental sigue la compleja realidad de los hijos y los familiares que quedan atrás, esperando el prodigio. El jueves llega el largometraje mexicano La cocina de las patronas, de Javier García: desde hace más de 20 años, “las patronas” dan de comer a los migrantes que cruzan –mayoritariamente en el tren conocido como La Bestia– su comunidad en Amatlán de los Reyes (Veracruz); aquí se muestra “una serie de acciones sencillas que consiste en compartir el pan y la leche, escuchar y dar refugio, que detonaron uno de los procesos esenciales para la defensa de los derechos humanos a través de la solidaridad y la acción”. Así es como mujeres campesinas y amas de casa alternan sus actividades con la familia y los migrantes, rompiendo el esquema de violencia de su comunidad. El viernes se exhibirá Interiores, del argentino Rodolfo Pochat: sigue el proceso desde que el equipo de producción llega al penal de Magdalena –ubicado en la provincia de Buenos Aires– y propone desarrollar un taller de musicoterapia para las mujeres privadas de libertad, con las que comienzan a compartir diversos espacios de intimidad en donde la música “despierta sentimientos que buscan cruzar rejas y muros a través de las cámaras”.

Otra agenda

Hoy la apertura (a las 20.00) estará a cargo de Nacido en Siria, del periodista, escritor y documentalista porteño Hernán Zin. Después del gran éxito de Nacido en Gaza (2014), en el que seguía las peripecias de diez niños afectados por los ataques israelíes, el año pasado Zin estrenó la segunda parte, a la que llamó Nacido en Siria, en el que continúa el retrato de la guerra mediante los niños palestinos. Así es como va siguiendo este calvario, entre los abusos de las mafias, las inclemencias del mar y la incertidumbre del futuro. Según dijo en una entrevista con la web española eldiario.es, pensó que con este trabajo iba a “llegar tarde”. “La apuesta –explicó– era seguir a los refugiados tras salir de Siria, hasta que se instalaran en Europa, que es la parte que menos se cuenta. La mayoría de los reportajes van a lo espectacular, al éxodo, al mar. Al seguirlos durante nueve meses pensé que llegaría tarde, pero lamentablemente no ha cambiado nada: la guerra continúa y la gente sigue muriendo en el mar”.

Entre las diversas producciones (el programa completo se puede consultar en www.tenemosquever.org.uy), mañana a las 19.00 se proyectará Ya no basta con marchar, de Hernán Saavedra, un documental sobre las voces del conflicto de la educación pública chilena (el de los llamados “pingüinos”) que estalló en 2011; el jueves a la misma hora se podrá ver Astral, elogiado trabajo de Ramón Lara y Jordi Évole sobre la embarcación del mismo nombre, que pasó de ser un velero de lujo a convertirse en un barco de vigilancia y salvamento que zarpó rumbo a las costas de Libia para su primera misión de rescate; y dos horas más tarde se exhibirá Marija, de Michael Koch, sobre una joven ucraniana que sobrevive gracias a un trabajo como limpiadora en un albergue de Dortmund. El viernes (a las 19.00) llega César González, antes conocido como el “poeta villero”: nació en la Villa Carlos Gardel, y después de un temprano vínculo con las drogas y la delincuencia, se acercó a un docente que dictaba un taller en la prisión y comenzó a familiarizarse con la lectura y a interesarse por temáticas políticas y filosóficas. Con 24 años estrenó su primer largometraje, Diagnóstico esperanza (2013), al que le siguieron ¿Qué puede un cuerpo? (2015) y Exomologesis (2016), en los que abarca diversas problemáticas sociales y trabaja con un elenco integrado por gente de las villas. Esta vez, González viene a presentar Atenas, su película sobre una muchacha que sale en libertad y vuelve a la villa. El mismo día, de mañana, González visitará por segunda vez el Centro de Ingreso de Adolescentes Femeninos: el año pasado fue a dictar un taller de realización, y ahora vuelve para proyectar no sólo su película, sino además un cortometraje que filmaron las privadas de libertad. También el viernes, y al día siguiente, la directora Mariana Viñoles (documentalista uruguaya residente en Suiza) y González brindarán sendas charlas de 10.00 a 13.00 sobre su trabajo como cineastas con una perspectiva de derechos humanos, en el salón L5 de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (Constituyente 1502).

Habrá atractivas ficciones, como la estadounidense From Nowhere, de Matthew Newton, el sábado (a las 21.15); también se podrá ver, por segunda vez dentro del marco del festival, un documental de los cineastas argentinos Andrea Testa y Francisco Márquez sobre los primeros años de la última dictadura en su país, La larga noche de Francisco Sanctis, consagrada en el festival de Cannes y en el Bafici, donde se quedó con el premio principal del año pasado.

La clausura será el martes a las 19.00, cuando se exhibirá Trazos familiares, de José Pedro Charlo. Según se anuncia, desde el presente de la vida de tres jóvenes, hijos de la generación del 70, se reconstruye el devenir de sus familias, marcado por la represión dictatorial, además de registrar los “conflictos de la época, dramas y desarraigos, búsquedas y cambios sociales”, siempre registrados a partir de la vivencia familiar.