2017 parece encaminado a convertirse en un gran año para Stephen King, que ha sido uno de los autores más exitosos de las últimas cuatro décadas pero llevaba ya mucho tiempo fuera del primer plano, a pesar del auge actual del cine y la literatura de horror y de fantasía, que ha manejado como un maestro. Pero la coincidencia de varios productos audiovisuales parece indicar que King –que cumple 70 este año– vuelve a ponerse de moda, sin siquiera molestarse en escribir un nuevo best seller. A principios de agosto se estrenará la adaptación cinematográfica de La torre oscura, una serie de ocho novelas que publicó de 1982 a 2012, y que se volvió una de sus obras más populares. Dirigida por Nikolaj Arcel y protagonizada por Idris Elba, no es una adaptación directa y ordenada de los libros, sino una inmersión en el universo creado para ellos por King, con elementos y personajes de toda la serie. La idea es, aparentemente, continuarla en forma bastante libre, con una combinación de cine y una serie televisiva. La adaptación de la saga estaba en carpeta desde hacía una década, y pasaron por su larga etapa de preproducción dos pesos pesados como JJ Abrams y Ron Howard, pero finalmente quedó en manos del danés Arcel, director del drama A Royal Afair (2012) y sin mayor experiencia en el campo de las superproducciones, pero seleccionado por Sony para dirigir el film.
También en agosto el canal Audience estrenará una serie basada en una obra bastante reciente de King, Mr Mercedes (2014). La novela es parte de una trilogía proyectada por el escritor que se aleja de sus temáticas habituales, para introducirse en el campo de la novela negra policial con tono social; gira en torno al conductor de un lujoso Mercedes Benz que atropella a una fila de desempleados y se da a la fuga.
En setiembre llegará la remake de una de las más adoradas, extensas y terroríficas novelas de King, It (“Eso”), escrita en 1986. La historia de una criatura horrenda que se les aparece a los niños de un pueblo bajo la imagen de un siniestro payaso llamado Pennywise ya había tenido una muy fiel y recordada adaptación como miniserie en 1990, pero ahora llegará en el formato de dos films que, como el libro original, tratan sobre los mismos personajes, que se enfrentan al payaso de niños y nuevamente dos décadas después. La primera película estuvo mucho tiempo en manos de Cary Fukunaga, el cerebro detrás de la serie True Detective, pero finalmente fue dirigida por el argentino Andrés Muschietti, conocido por el film de horror Mama (2013).
Mañana mismo, la cadena Spike estrena la versión televisiva de La niebla, uno de los éxitos más inesperados de King. Originalmente una nouvelle incluida en el libro de relatos Dark Forces (1980), describe cómo una misteriosa niebla llega a un pueblo de Maine, conteniendo en su interior a una enorme cantidad de criaturas feroces y desconocidas, aparentemente filtradas por una brecha interdimensional. La historia pasó bastante inadvertida –algo extraño para un autor cuyas obras son adaptadas casi de inmediato a la pantalla–, hasta que en 2007 la llevó al cine Frank Darabont, el director favorito de King, responsable de las versiones cinematográficas Sueños de libertad (1994) –un drama carcelario con Tim Robbins y Morgan Freeman que se volvió un pequeño clásico popular del siglo XX– y Milagros inesperados (1999), también ambientada en una cárcel pero con un tono fantástico, que interpretaron, entre otros, Tom Hanks y Michael Clarke Duncan. La primera adaptación de La niebla –al igual que Sueños de libertad– no tuvo un gran éxito inicial de crítica o de taquilla, quizá porque era aun más oscura y violenta que el original de King (el director fue luego responsable del éxito televisivo The Walking Dead), pero también fue ganando público y respeto en la década posterior a su estreno.
Esta nueva versión, según se anuncia, no se apega a la película ni a la nouvelle en la que esta se basó, y sus productores han adelantado que, en vez de la abundancia de monstruos babosos y repugnantes que planteó Darabont, prefirieron un estilo más contenido, en el que los horrores que llegan con la niebla permanecen ocultos en ella, a la vez que se tratan temas menos sobrenaturales, como el miedo a la sexualidad y las inseguridades adolescentes. Las reseñas de quienes la han visto en première están divididas en su valoración, pero todos destacan la individualidad de la adaptación.
Mientras tanto, el irascible pero siempre simpático Stephen King también ha estado presente en los medios por su relación con otra clase de criaturas terribles, ya que al parecer el presidente de Estados Unidos lo ha bloqueado en su cuenta de Twitter, irritado por las constantes y mordaces críticas que el autor de El resplandor suele dirigirle.