Después de cinco años de batalla entre abogados, los herederos del escritor JRR Tolkien y la empresa Warner llegaron a un acuerdo extrajudicial no divulgado. El litigio había comenzado debido a que los poseedores de los derechos de autor de las obras de Tolkien, en acuedo con la editorial Harper Collins, alegaron que Warner había violado el acuerdo firmado con ellos que permitió realizar las películas basadas en El señor de los anillos, al utilizar a los personajes de esa saga en máquinas tragamonedas, y pidieron 80 millones de dólares en resarcimiento. Los herederos de Tolkien ya habían demandado a New Line/MGM (una división de Warner) en 2009, sosteniendo que habían recibido menos dinero que el pactado por esas películas, y también llegaron a un acuerdo extrajudicial, que permitió la realización de la trilogía basada en El hobbit.