Por primera vez en su historia Brasil tiene a un ex presidente condenado por recibir sobornos, y se trata de Luiz Inácio Lula da Silva, quien fue condenado en primera instancia por el juez Sérgio Moro.
Moro considera probado que Lula recibió coimas de la empresa constructora OAS por casi cuatro millones de reales (1,2 millones de dólares), incluido el valor de un apartamento tríplex en Guarujá, San Pablo, al que el ex presidente dice nunca haber entrado. A cambio, según Moro, el ex presidente favoreció a la empresa con contratos con Petrobras.
La acusación de la fiscalía señaló a Lula como el jefe máximo del esquema de corrupción de Petrobras, pero esto está lejos de estar probado en la sentencia de Moro.
Este es uno de los cinco procesos que Lula enfrenta en la Justicia brasileña, y esta condena, que sus abogados ya habían anunciado que apelarían si ocurría, no le impide ser candidato presidencial. Esa prohibición llegaría recién si la condena es confirmada en segunda instancia.
A su vez, Moro podría haber dispuesto que Lula fuera a prisión, ya que la pena es superior a los ocho años, pero optó por no hacerlo, algo que también podría cambiar en un fallo de un tribunal de segunda instancia.