El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se pronunció por primera vez sobre la condena a nueve años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero al dar un discurso rodeado por dirigentes del Partido de los Trabajadores (PT).

Al igual que el PT, Lula aseguró que la sentencia emitida por el juez Sérgio Moro no se respalda en ninguna prueba y que se trata de un pronunciamiento más político que jurídico. “La sentencia tiene un componente político muy fuerte”, dijo antes de pedir: “Si alguien tiene una prueba contra mí, por favor, que me lo diga y la mande [...], me quedaría más feliz si fuera condenado con base en una prueba”, aseguró. “Moro deberá rendirle cuentas a la historia, que dirá quién estaba en lo correcto y quién estaba errado”, añadió.

Lula reiteró que hay una “cacería” judicial en su contra y que se está “destruyendo la democracia”.

Acerca de su futuro político, Lula agregó: “Si alguien piensa que con esta sentencia me retiraron del juego, debe saber que está equivocado” y aseguró que defenderá su “derecho” de ser candidato presidencial en las elecciones de 2018.

Si una corte de apelaciones confirma la sentencia emitida por Moro antes de las elecciones, Lula quedará impedido de ser candidato por una ley que fue aprobada y promulgada durante su mandato, la de Ficha Limpa, que establece que nadie que haya sido condenado por corrupción por un órgano colegiado podrá participar en las elecciones durante los ocho años siguientes a emitida la condena. Carlos Thompson Flores, el presidente del Tribunal Regional Federal 4o, que es el que recibirá la apelación de los abogados de Lula, dijo que el recurso será juzgado antes de las elecciones del año que viene.