Pocas cosas han generado más ansiedad en el generalmente ansioso mundo de los adeptos a la ciencia ficción y el humor televisivo que la demora en el estreno de la nueva temporada de la serie animada Rick and Morty, que, tras un avance lanzado sin aviso el 1º de abril, se siguió retrasando hasta la emisión anoche de un nuevo episodio. Pero, aun antes de su estreno, esta serie de talante sarcástico y negativo al borde (y a veces más allá) del nihilismo ha logrado una de las pocas cosas con las que le permitió soñar a su principal personaje, Rick: que McDonald’s volviera a fabricar su salsa de Sichuan.

En 1998, en una de las sinergias promocionales de McDonald’s con Disney, se lanzó esa salsa picante (básicamente una combinación de ajo, salsa de soja, jengibre y pimienta roja), que le aportó un toque chino a la campaña de Cajita Feliz con muñecos de la película animada Mulan. Luego la salsa fue retirada del mercado, y no se volvió a oír sobre ella hasta que, en el avance de la tercera temporada de Rick and Morty, Rick viajó en el tiempo a 1998 sólo para volver a saborear una hamburguesa con ese condimento, al que cubrió de elogios despertando el apetito y la curiosidad. Fans de la serie comenzaron una campaña en las redes para que se volviera a producir la salsa, y McDonald's les envió a los creadores de Rick and Morty cerca de un litro y medio. Una inteligente medida para aprovechar la publicidad gratis, justo cuando se anuncia para 2018 una versión de Mulan con actores, y las condiciones están más que dadas para que McDonald's haga otra lucrativa sinergia.