Para los cinéfilos rockeros o simples espectadores casuales no debe haber en los últimos 20 años una escena de comedia más icónica, reproducida, imitada e inexplicablemente graciosa que aquella al comienzo de El mundo según Wayne (Penelope Spheeris, 1992), en la que los metaleros Wayne y Garth (Mike Myers y Dana Carvey) escuchan en su auto, junto a unos desastrados amigos, la parte operística de “Bohemian Rhapsody” de Queen, cantan sobre ella, hacen la mímica de su interpretación y peludean en el break rockero mientras recorren las calles de Los Ángeles. Ha sido la inspiración de decenas de programas y sketches actuales en los que alguien canta o hace playback mientras conduce un auto –nunca con un resultado tan gracioso como el del original–, y dejó a Myers identificado en forma indeleble con el clásico de Queen. Por eso, de alguna forma a todo el mundo le pareció lógico que el comediante fuera llamado para actuar en la biografía de Freddie Mercury que está preparando Bryan Singer –director de Los sospechosos de siempre (1995) y de la mayor parte de la saga de X Men– que, en plena sintonía, se llamará Bohemian Rhapsody.

Aún no se sabe qué papel interpretaría Myers en esta biopic (es previsible que, con 54 años, no será el de Mercury ni el de ninguno de los otros miembros de Queen), pero la revista Deadline confirmó que el actor estaba en charlas serias con los productores de la película, que se viene gestando desde hace años. Myers ha estado bastante lejos de las cámaras durante los últimos años, luego de una serie de films bastante desafortunados, y el simple hecho de que aparezca en una película sobre Queen y la canción cuya popularidad reavivó en los años 90 puede devolverlo a los primeros planos, sobre todo si es de la mano de un director tan prestigioso.

Aquella escena fue aprobada por el guitarrista Brian May y el entonces ya muy enfermo Freddie Mercury, quienes la encontraron graciosísima. Los productores del film no estaban muy convencidos de usar la canción, que no les parecía del todo representativa del gusto metalero de los personajes, pero Myers insistió especialmente. “Luché muy, muy duro por ‘Bohemian Rhapsody’ –declaró más tarde–. En aquel tiempo, el público se había olvidado un poco de Queen. En un momento le dije a todo el mundo: ‘Me voy. No quiero hacer esta película si no es ‘Bohemian Rhapsody’”. Sin embargo, las cinco horas que les llevó el rodaje de la escena terminaron siendo lo más difícil de toda la filmación, y produjeron graves contracturas en los cuellos de los actores, que tuvieron que sacudir sus cabezas una y otra vez en la parte rockera. El resultado, por supuesto, es clásico y sigue demostrándolo.