En ambos balnearios rochenses colapsaron varios servicios por la llegada masiva de turistas; empresarios locales destacan la importancia de los “mugrientos”

Tal como se preveía, 2018 arrancó con un importante aumento en la llegada de turistas. Una fuente del Ministerio de Turismo explicó: “Hay colas en los pasos de frontera, en los peajes y en los supermercados, lo que nos lleva a pensar que debemos hacer cambios en nuestra estrategia de comunicación. Hasta ahora nuestras campañas se enfocaron en convencer a la gente de que venga a Uruguay. Ahora el objetivo debe ser evitar que se den cuenta de que esto no es descanso y sería mejor quedarse tranquilos en sus países”. El creciente número de turistas que visitan los balnearios de la costa provocó el colapso de algunos servicios. En Cabo Polonio y Punta del Diablo, por ejemplo, hubo problemas con el abastecimiento de agua potable. Operadores turísticos de estos balnearios rochenses explicaron que esto generó “molestias” por parte de algunos visitantes, pero reconocieron que se trata de un asunto complejo. “Punta del Diablo tradicionalmente ha sido un destino de los jipis, y muchos de ellos vienen precisamente porque a veces falta el agua potable para bañarse. Es parte del atractivo natural del lugar”, explicó un empresario hotelero. Mientras tanto, el propietario de un restaurante en Cabo Polonio aseguró: “En los últimos años, el balneario experimentó un importante crecimiento del turismo jipi chic, que si bien mantiene algunos puntos de contacto con el jipi auténtico, hay otros aspectos en los que es radicalmente diferente, como, precisamente, la higiene. De todas maneras, el jipi mugriento sigue manteniéndose como una señal de identidad del Cabo. Algo así como los lobos marinos, aunque estos huelen un poco mejor”. Otro de los problemas que trajo la llegada masiva de turistas, especialmente jóvenes, es el de los ruidos molestos que se generan en fiestas nocturnas. El empresario gastronómico consultado opinó: “Los tiempos en que los jóvenes eran una presencia indeseable se acabaron. Hoy por hoy, consumen mucho y generan ingresos, así que tienen el mismo derecho que cualquiera a arruinar este lugar paradisíaco”.