El director de cine británico Ridley Scott cumplió 80 años en noviembre, pero se mantiene notablemente activo, y aunque no se puede decir que en los últimos tiempos (o en el conjunto de su carrera como cineasta, que comenzó en 1977 con la notable Los duelistas) haya mostrado un nivel parejamente alto, de un modo u otro da motivos para que los medios de comunicación y el público no se olviden de él.

El año pasado estrenó dos películas: Alien: Covenant, una nueva precuela de la saga que él mismo inició en 1979; y All the Money in the World (“Todo el dinero del mundo”), un policial sobre el secuestro en 1973 del nieto del multimillonario J Paul Getty, que antes de su estreno fue noticia porque Scott había terminado el rodaje con Kevin Spacey en el papel de ese magnate petrolero, pero tras el escándalo de las acusaciones contra el actor por acoso sexual y abuso de menores, decidió que fuera reemplazado por Christopher Plummer, postergó el estreno y volvió a filmar todas las escenas en las que aparecía Spacey.

Ahora Scott, que en 2017 fue productor ejecutivo de Blade Runner 2049, una tardía continuación de su aplaudida obra de 1982, con Dennis Villeneuve como director, declaró al sitio británico Digital Spy que tiene en mente una tercera película de esa serie, y de paso sostuvo que el motivo de que la del año pasado tuviera resultados de taquilla por debajo de lo esperado fue que era “lenta” y “demasiado larga”, a tal punto que, si de él hubiera dependido, le habría cortado media hora de las dos que dura (probablemente se refiriera a cuestiones de ritmo más que de trama, porque antes también había dicho que la mayor parte del guion fue idea suya, aunque en los créditos hayan figurado como responsables Hampton Fancher y Michael Green).

Por otra parte, el director de Thelma y Louise (1991), La caída del halcón negro (2001), Gladiador (2015) y Misión rescate (2015) está en conversaciones con Disney para hacerse cargo de un film que se titularía The Merlin Saga (“La saga de Merlín”), sobre el mítico mago, e incluso de una posible remake, con actores, del clásico animado de la misma compañía La espada en la piedra (Wolfgang Reitherman, 1963).

Por otra parte, se sabe que Scott tiene previsto realizar por lo menos una película más de la serie Alien, y ya adelantó que se propone darle un enfoque distinto, ya que, si bien reconoce que la demanda del público se centra en ver monstruos que salen de los cuerpos humanos en los que se desarrollaron, a él le parece que, después de ofrecer mucho de eso en Covenant, sería más interesante cambiar el foco de atención hacia los peligros de la inteligencia artificial emancipada. No se puede considerar algo sorprendente, porque el cineasta ya ha explorado ese asunto en Blade Runner (en línea con la novela en la que se basa, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K Dick), y también en las tres películas que dirigió de la propia serie Alien: la primera, Prometheus (2012) y la mencionada Covenant.