Un día antes de que el Vaticano expulsara al sacerdote originario de Chile Fernando Karadima, responsable de varios casos de abuso sexual durante las décadas de 1980 y 1990, la iglesia católica de ese país publicó un polémico documento con instrucciones para los curas a la hora de relacionarse con niños y adolescentes. En él, les sugiere no tocarlos en los glúteos ni en los genitales, ni darles besos en la boca, ni dormir con ellos. “Quizá a algunos les parezca escandaloso que haya que publicar algo con instrucciones tan específicas de lo que no se puede hacer, pero no hay que olvidar que somos católicos, y la experiencia que tenemos con textos muy ambiguos, como la Biblia, no es buena, porque cada uno entiende lo que quiere”, declaró una autoridad eclesiástica de Chile. El lunes, ante el escándalo que generó, el texto fue retirado. Un arzobispo chileno reconoció que publicar el manual fue “un error”, pero aseguró que los casos de abusos sexuales a menores son “cosa del pasado”. “Esos menores que denuncian que fueron abusados ya crecieron, así que no nos interesan. Todos ellos pueden entrar a una iglesia tranquilos, porque no les va a pasar nada”. El religioso consideró que “a pesar de que en la iglesia católica ha habido muchos casos de abusos a menores, afortunadamente podemos decir que el interés sexual de los sacerdotes por los mayores de edad es casi nulo. Dentro de la iglesia no todo es tan malo como algunos quieren hacer ver”.
Católicos chilenos afirman que casos de abusos sexuales a menores son cosa del pasado: ahora que crecieron no les interesan
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