Un paro organizado por el sindicato de AFE en la estación Carnelli impidió que una carga de 6.000 toneladas de arroz –la más alta de los últimos diez años según el periódico El Observador– llegara al puerto y fuera embarcada con destino a Irán. Un jerarca de la empresa estatal de ferrocarriles reconoció que la relación con el sindicato “es tensa”, pero aclaró: “En el fondo todos sabemos que acá el verdadero problema es que Uruguay y los ferrocarriles lisa y llanamente no se llevan, y cualquier proyecto que se emprenda va a salir mal. Es prácticamente la misma situación que con la aeronavegación”. Los empresarios arroceros tampoco quisieron darle demasiada trascendencia al problema. Un directivo de la Asociación Cultivadores de Arroz explicó: “No hay ningún riesgo de que la carga no embarque, porque tenemos tres peones que lo pueden hacer con sus propias manos. Quizás les lleve un poquito más de tiempo, porque sólo pueden trabajar 23 horas por día, pero lo que importa es que el arroz va a llegar”. El empresario explicó que los arroceros “usamos el tren para que no nos digan esclavistas, pero si eso no funciona, no tenemos más remedio que recurrir a las tradiciones medievales de tratar a los trabajadores como si fueran animales de carga”. “De todas maneras, tenemos que alertar la presencia en Uruguay de ciertas ideas populistas renacentistas que en aras de una supuesta modernización pueden perjudicar la competitividad”, advirtieron.