En julio de 2017 el juez Sérgio Moro adoptó una decisión que, a la larga, sería clave para que Jair Bolsonaro se convirtiera, el domingo pasado, en el presidente electo de Brasil. Moro condenó en primera instancia al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que era favorito para las elecciones presidenciales con una gran ventaja sobre sus rivales. La condena fue por corrupción pasiva y lavado de dinero.

La ratificación de la condena en un tribunal de segunda instancia y la detención de Lula llevaron a que, cuando todavía era claramente favorito, el Tribunal Supremo Electoral inhabilitara su candidatura. Él y el Partido de los Trabajadores decidieron no insistir y designar a Fernando Haddad como candidato presidencial. Bolsonaro ganó las elecciones el domingo pasado con 55% de los votos y el 1º de enero asumirá la presidencia de Brasil.

Actualmente Bolsonaro está armando su gabinete, en el marco de lo cual invitó a Moro a integrarse a él como jefe de un “superministerio” que reúna las actuales carteras de Justicia, Seguridad Pública y Transparencia, así como de la Contraloría General. Moro había adelantado ayer que se sentía “honrado” por la oferta y hoy la aceptó, tras una reunión de una hora y media con el futuro presidente.

“Después de la reunión personal, en la cual fueron discutidas políticas para la cartera, acepté honrado la invitación. Lo hice con cierto pesar porque tendré que abandonar 22 años de magistratura”, indicó el magistrado en un comunicado. El texto agrega que buscará “implementar una fuerte agenda anticorrupción y contra el crimen organizado, con respeto a la Constitución, a la ley y a los derechos”. Moro también aclaró que abandonará ahora mismo sus actividades judiciales. En su agenda tenía prevista, para el 14, una comparecencia de Lula para prestar declaración por otra causa.

Por su parte, Bolsonaro celebró en Twitter: “El juez federal Sérgio Moro aceptó nuestra convocatoria al Ministerio de Justicia y Seguridad Pública. Su agenda anti corrupción, anti crimen organizado, respetuosa con la Constitución y las leyes serán nuestro norte”.

Moro se integrará, así, a un Consejo de Ministros encabezado por Onyx Dornelles Lorenzoni, actualmente diputado, quien fue investigado en el marco de la Lava Jato por haber recibido 100.000 reales de la empresa JBS y no haberlos declarado ante el Tribunal Supremo Electoral en la campaña electoral de 2006. La investigación fue archivada por un juez del Supremo Tribunal Federal Luis Fux en junio. Fux argumentó que no había “indicios suficientes de conducta delictiva”.