El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció que subirá el salario mínimo de unos 1.500 a unos 1.600 euros euros y que bajará impuestos a jubilados y trabajadores, en un discurso en el que trató de responder a las demandas del movimiento de los “chalecos amarillos”.
Macron consideró justificado el descontento que ha provocado las protestas, por lo que anunció que decreta un “estado de emergencia económico y social” para hacerle frente. Admitió que el país afronta “un momento histórico” y pidió a las grandes empresas que participen en el esfuerzo necesario para cambiar la situación.
El presidente francés dijo que el aumento del salario mínimo entrará en vigor en 2019 “sin que le cueste nada al empleador” y añadió que las horas extraordinarias estarán exentas de impuestos también a partir del año que viene. Además, solicitó a los empresarios “que puedan” que entreguen a sus empleados una prima de fin de año que también quedará exonerada.
“Queremos una Francia donde una persona pueda vivir dignamente de su trabajo. Pido al gobierno y al Parlamento que hagan lo necesario”, concluyó el mandatario, en un discurso en el que también condenó los actos de violencia registrados en las protestas, informó la agencia de noticias Efe.