La relación del compositor y cantante español Kiko Veneno con Uruguay comenzó relativamente tarde –aunque está activo desde los años 70, se presentó por primera vez en Uruguay en 2009, y volvió recién en 2013– pero se ha vuelto muy fluida y lo llevó incluso a componer un disco a medias (El pimiento indomable, 2013) junto con Martín Buscaglia. En los próximos días estará entre nosotros por tercera vez, para un público que se ha multiplicado considerablemente desde que su obra comenzó a difundirse localmente en los años 90, y que sabe de la excelencia de sus shows.

Comparable –cambiando lo cambiable– con Jaime Roos por su combinación musical de ritmos locales y psicodelia rockera, y de elementos populares e intelectuales, Veneno (nacido José María López Sanfeliu en 1952) comenzó su carrera junto a los virtuosos guitarristas de flamenco Rafael y Raimundo Amador en la banda llamada justamente Veneno, autora de un disco fundamental (sí, Veneno, 1977), en el que básicamente inventaron un nuevo género que combinaba el flamenco y la psicodelia, y que ha sido considerado, a menudo, el mejor álbum de música española del siglo XX. El grupo fue efímero y no tuvo gran éxito en su momento, de modo que Kiko –que había sido su letrista, cantante y principal compositor– se lanzó como solista a principios de los años 80, sumándose al pop de la movida madrileña, con discos interesantes pero algo sometidos a la moda y lejos de la calidad deslumbrante de su banda anterior. En los 90, y luego de algunos años de escasa actividad, lanzó un par de álbumes para la BMG –Échate un cantecito (1992) y Está muy bien eso del cariño (1995)– en los que desarrolló una combinación de rumba y pop (con elementos de flamenco siempre presentes) de notable emotividad y gran calidad lírica y melódica.

Desde entonces ha seguido editando obras de diversa calidad, peleándose con las discográficas y ofreciendo una obra muy inteligente y personal: es el autor de canciones del calibre de “Volando voy”, “Joselito”, “Casa cuartel” o la espléndida “Dice la gente”, que sin ser masivas se han vuelto pequeños clásicos también para (ciertos) uruguayos muy entusiastas, retribuidos aquí con algunos conciertos memorables, además de que Veneno desarrollara una estrecha relación artística con compositores orientales, particularmente Buscaglia y Jorge Drexler.

Esta vez viene en plan acústico y con tres fechas previstas. Las dos primeras (hoy y mañana) son en el pub Medio y Medio de Punta Ballena, a las 22.30; y la restante el martes 20, en La Trastienda, a las 21.00.