Reino Unido había dado a Rusia 48 horas para responder las acusaciones de que envenenó, en territorio británico, al ex espía Serguéi Skripal y a su hija, Yulia. El plazo venció anoche y, de acuerdo con el gobierno británico, la respuesta fue insuficiente, por lo que adoptó medidas.

La primera ministra, Theresa May, compareció ante el Parlamento esta mañana. Allí aseguró que Rusia “es culpable” del atentado, dispuso que sean expulsados “23 diplomáticos rusos identificados como agentes de inteligencia no declarados” y suspendió los contactos bilaterales de alto nivel.

Entre otras cosas, se suspendieron encuentros previstos para el Mundial de Fútbol, que comienza en junio en Rusia. “No habrá asistencia de ministros ni de miembros de la familia real en el Mundial de Rusia”, aseguró.

Esta tarde Reino Unido informará al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas sobre el envenenamiento de los Skripal, que continúan en estado grave.