El juez Sérgio Moro emitió ayer una orden de prisión contra el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Allí le daba plazo hasta hoy a las 17.00 para entregarse ante la Policía Federal en Curitiba.

De acuerdo con los medios brasileños, Moro dispuso que si Lula no se entrega antes de las 17.00 la Policía Federal vaya a detenerlo antes de las 18.00.

Cumplido el plazo, Lula no se entregó en Curitiba y en este momento permanece en la sede del Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, cuna de su carrera política, rodeado por miles de sus seguidores. El ex mandatario está reunido con sus abogados y líderes de partidos políticos y movimientos sociales. Algunas versiones dicen que sus abogados están negociando los términos de la entrega, pero otras indican que esperará a que la Policía vaya a detenerlo a ese lugar.

Se espera que antes de eso Lula se pronuncie ante sus seguidores, pero esto no ha sido confirmado por las autoridades del Partido de los Trabajadores.

Más temprano, los abogados de Lula presentaron un nuevo hábeas corpus ante el Supremo Tribunal Federal. Allí se pedía que la prisión no se concrete hasta que la defensa presentara los recursos pendientes ante el tribunal de segunda instancia que ratificó su condena. Medios brasileños estiman que el proceso en segunda instancia terminaría a fines de mes. Ese hábeas corpus fue rechazado por uno de los jueces del Supremo Tribunal Federal.

Por otro lado, los abogados de Lula pidieron a la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas que intervenga para impedir la detención de Lula hasta que sus recursos sean analizados en el tribunal de segunda instancia. La comisión todavía no se ha pronunciado.