Ayer fue una tarde intensa en el Sindicato Médico del Uruguay (SMU). Tras varias horas de discusión, el Comité Ejecutivo de la gremial aceptó la renuncia que había presentado más temprano su ex presidente y ex vicepresidente, Alfredo Toledo, luego de reunirse con las principales autoridades del sindicato.

Toledo no ocupaba actualmente cargos en el SMU, pero seguía siendo afiliado y realizaba tareas vinculadas con la Fundación Salud de la institución. Según pudo saber la diaria, la razón del alejamiento fue que la dirección del sindicato comprobó que en los últimos tres meses Toledo envió, desde su dirección personal de correo electrónico, sucesivas solicitudes de licencia gremial para un cargo que mantiene en la órbita de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). Estas cartas, membretadas con el logo del SMU, incluían además la firma de su vicepresidente, Martín Fraschini, pero ambos elementos resultaron ser falsificaciones, informaron desde la gremial.

Fraschini y el presidente del SMU, Gustavo Grecco, se reunieron con Toledo por este asunto, y pocas horas después se concretó la renuncia. La investigación de esta situación comenzó cuando asumieron las nuevas autoridades de ASSE, hace unos tres meses.

El Comité Ejecutivo del SMU, que contó con el apoyo de la asesora legal de la institución, Natalia Veloso, decidió repudiar la conducta de Toledo, trasladar el caso a la consideración del Consejo Arbitral del sindicato y del Tribunal de Ética del Colegio Médico del Uruguay, comunicar formalmente a ASSE que las solicitudes de licencia de Toledo no fueron tramitadas en forma oficial, ni firmadas por Fraschini, y realizar la denuncia correspondiente ante la Justicia, además de convocar a los integrantes del Consejo de Administración de la Fundación Salud para informarse de la situación actual de esta y comunicar lo sucedido a los socios. Al cierre de esta edición, el Comité Ejecutivo dio a conocer una resolución con todos estos puntos.

Además de los cargos que ocupó en el sindicato, Toledo fue adjunto de la Dirección General de la Salud del Ministerio Salud Pública, y director del centro hospitalario Materno-Infantil Pereira Rossell, del Hospital Policial y del Centro Nacional de Quemados. A nivel político, el renunciante pertenece al Partido Nacional, y en 2009 adhirió a la candidatura de Jorge Larrañaga en la interna partidaria.