En el marco de su 15º aniversario, mañana a las 19.00 el Centro Cultural de España llevará a cabo el segundo encuentro del ciclo Debates 15x15, esta vez dedicado al cruce entre fútbol y cultura, e integrado por Agustín Lucas (futbolista y poeta), Valentina Prego (presidenta del Consejo de Fútbol Femenino de la Asociación Uruguaya de Fútbol), Pedro Cribari (director de la revista Túnel) e Ignacio de Boni (sociólogo), moderados por Soledad Sejas. De Boni adelantó a la diaria que intentará destacar la gran importancia que tiene el fútbol en Uruguay. En ese sentido, contó que se ha dedicado a estudiar el aparato comunicacional del fútbol y del periodismo deportivo tradicional hegemónico: “Creo que hay una argentinización del periodismo, bastante precaria aún, porque los periodistas argentinos son magos del arte de la oratoria, la difamación y las fake news, entre otras prácticas. En Uruguay tenemos periodistas mucho más tranquilos y aburridos que la farándula argentina, pero, de todas formas, tienden a eso. Algo que contrasta con el periodismo más progresista, que viene del rigor del Profe [Ricardo] Piñeyrúa y esa escuela, que tratan al fútbol como un espectáculo. Una vez escuché al Profe Piñeyrúa decir que ellos no eran comentaristas de fútbol sino comentaristas del espectáculo futbolístico”. En su caso, cree que el folclore que lo rodea es fascinante, además de contar con una gran potencia política, “que está muy mal canalizada”.
A De Boni le interesa ver al fútbol como una herramienta discursiva y observar lo que se conoce como el lenguaje fático –focalizado en el canal de comunicación–, ya que “en Uruguay se expresa en el plano más puro del sentido común, del intercambio banal con el otro; sobre todo en los hombres. Está muy masculinizado. Si bien en el Mundial esa brecha se difumina, los protagonistas del fútbol en Uruguay siguen siendo los hombres”, advierte. En cuanto a este tipo de encuentros, le sorprende que se organicen al margen de los jugadores: “Siempre están los periodistas deportivos, o los analistas intelectuales, cuando los jugadores, que son los sujetos explotados y la materia prima, sólo contestan las entrevistas con casetes y siguen jugando. Esto, como postura política, me interesa mucho. ¿Cómo no nos dimos cuenta antes de que, en Uruguay, la lucha de clases y la revolución proletaria tenían que venir de los jugadores de fútbol?”.