Se dice que Ana Katz es una de las voces más reconocibles del joven cine argentino, seguramente por su singularísima mirada del friso familiar, los amores intensos y la dependencia, algo que, con variantes, se puede rastrear a lo largo de su obra.

El juego de la silla (2002) es una comedia negra sobre un hijo que vuelve a su casa después de varios años; en la road movie Una novia errante (2006; con Katz, Daniel Hendler, Carlos Portaluppi) una mujer acaba de ser abandonada por su pareja; en Los Marziano (2011; Guillermo Francella, Arturo Puig) se reencuentran dos hermanos que no se hablaban desde hacía tiempo; Mi amiga del parque (2015; Julieta Zylberberg, Katz, Maricel Álvarez) se centra en la maternidad, sus lugares comunes y los hijos como un misterio, a partir de una extraña y conflictiva relación entre dos madres que se conocen en un parque; y en Sueño Florianópolis (2018; Mercedes Morán, Gustavo Garzón) una pareja se deteriora durante un viaje familiar y comienza a fantasear con una nueva vida frente a sus hijos adolescentes. Así, Katz desafía al canon del cine rioplatense, desmantelando estructuras habituales y proponiendo historias border y observacionales.

El jueves, Cinemateca comenzará su retrospectiva con El juego de la silla, y hasta el domingo proyectará sus films en orden cronológico (por más información, cinemateca.org.uy).