El caos que se desató en Cataluña luego de que la Justicia condenara a los líderes del intento separatista de octubre de 2017 tensó aun más las relaciones entre las autoridades catalanas y el gobierno español, desde donde acusan a los primeros de no combatir o directamente incitar el vandalismo. Pero a última hora de ayer varios medios de prensa informaron que está prácticamente cerrado un acuerdo entre las dos partes, que consiste en echarles la culpa de la violencia a los musulmanes y, a partir de ahí, sentarse a dialogar. Una fuente del gobierno autonómico catalán relató que la idea del acuerdo “surgió al recordar el incendio de la catedral de Notre Dame y las versiones que comenzaron a circular según las cuales había sido un atentado terrorista, que parecían dejar contentos a todo el mundo”. Una fuente del gobierno español consideró, por su parte, que “no tiene sentido que nos peleemos entre nosotros mientras los integristas islámicos incendian Barcelona”. “Lo importante aquí es que nos unamos para defender los valores occidentales que son comunes a todos los habitantes de esta tierra. Si nos peleamos entre nosotros, los integristas islámicos que están enfrentándose con la Policía, quemando automóviles y rompiendo vidrieras van a haber ganado una nueva batalla en la guerra que lanzaron para invadir la península ibérica”. La fuente reconoció que no existen pruebas de que haya musulmanes detrás de los destrozos, pero confía en que las redes sociales “harán su trabajo”.