La Justicia obligó al BROU a devolverle al empresario Juan Carlos López Mena, propietario de Buquebus, el dinero que pagó por el aval que la institución le dio a la empresa Cosmo para que participara en el remate de los aviones de la aerolínea PLUNA. El fallo también obliga al banco a pagarle al empresario 15.000 dólares por “daño moral”, ya que, al haber publicado su nombre como deudor, se afectó “su reputación personal y comercial”. López Mena se mostró “conforme” con el fallo, aunque reconoció que “el hecho de que mi reputación valga sólo 15.000 dólares es un poco triste, pero bueno, lo que importa es que hice unos pesos”. En el gobierno la noticia cayó como un balde de agua fría. “Es increíble que PLUNA nos siga haciendo perder dinero. Es como una maldición. Y lo más triste es que los consultores que contratamos para evaluar la situación, a un costo de 50 millones de dólares, nos explicaron que sólo hay dos cosas que se saben con seguridad sobre cómo sería el mundo luego de una Tercera Guerra Mundial: que las cucarachas sobrevivirán, y que PLUNA seguirá haciéndole perder dinero al Estado”, declaró un jerarca del Ministerio de Economía y Finanzas. Otra autoridad de la cartera se manifestó en una línea similar: “En economía uno no puede ser estúpidamente optimista. Ojalá pudiéramos decir que un cataclismo a escala planetaria nos salvaría de esta hemorragia de capital, pero no es así. De esto podremos salir, con suerte, dentro de un par de miles de años”.