El domingo se celebraron elecciones en cuatro de las 23 provincias argentinas, y tal como viene ocurriendo en casi todas las votaciones para elegir gobernador, el triunfo fue para el peronismo. Este avance es visto por muchos como un anticipo de lo que ocurrirá en las elecciones presidenciales de fines de octubre. Según una fuente cercana al presidente Mauricio Macri, el mandatario también está convencido de que sus chances de ganar son mínimas, y de hecho, “eligió a un peronista como candidato a vicepresidente [Miguel Ángel Pichetto] porque era la única manera de que un peronista perdiera las elecciones”.

Junto a los análisis del mapa político en Argentina hechos por politólogos y periodistas, ayer se sumó el de un grupo de físicos teóricos europeos y estadounidenses, que definieron la situación como “extremadamente compleja y no exenta de paradojas”. “Toda la política argentina se mueve en torno al eje del peronismo. Pero es difícil hacer una evaluación certera de en qué punto está el peronismo hoy por hoy. Nuestra conclusión primaria es que está vivo y muerto al mismo tiempo”, explicó uno de los físicos. “Es algo similar a lo que ocurre con el gato de Schrödinger, pero infinitamente más complejo, porque en este caso, las posturas de los actores tiene un nivel de contradicción que las vuelve muy difíciles de racionalizar”, agregó.

De todas maneras, los académicos aclararon que estas dudas “no se aplican al resto de los partidos o movimientos”. “El radicalismo, por ejemplo, está muerto y muerto al mismo tiempo”.