Como prueba de la antigüedad de la raza cocker spaniel inglés uno puede visitar el Metropolitan Museum of Art de Nueva York y buscar una pequeña estatua de terracota muy similar a uno de estos perros. Debajo de ella se lee: “Hecha en Chipre hace más de 2.000 años”. Spaniel nos remite a España, por lo tanto, de allí vienen los spaniel, pero no el cocker. Existen dos teorías sobre el origen del nombre. Unos lo atribuyen a la llegada de los cartagineses unos 500 años a. C , quienes al ver correr abundantes conejos empezaron a los gritos: “Span! Span!”, “conejo” para ellos.

La otra hipótesis se basa en estudios sobre los diferentes dialectos que andaban en la vuelta por aquellos tiempos. Parece que ni en latín ni en castellano, celtíbero, griego, hebreo o siríaco utilizaban la palabra span para referirse a un conejo por un detalle nada menor: los fenicios no conocían a los conejos. Pero sí aparece la denominación sphan, que significa “tierra del norte” y bueno, como ellos venían del sur, resulta más lógico.

Aunque parezca que nos fuimos un poco de tema, en realidad no. Span o sphan, dependiendo de la corriente que se elija, derivó en spaniel, básicamente perros de España que, además, cazan conejos. Luego esa designación se extendió a casi todos los perros que provenían de España y se usaban para la caza. Existían los spaniel de agua, que recogían aves de los cursos fluviales, y los spaniel de tierra, que a su vez se subdividían en dos: los de muestra y los levantadores de presa. Los primeros eran aquellos que le hacían ver al cazador dónde estaba la presa, y los segundos básicamente iban a buscar al bicho que el cazador ya había sentenciado. Para ir tras el animal cazado había canes de diferentes tamaños, según el porte de la presa. Los más chicos eran utilizados para levantar, por ejemplo, a codornices y otras aves pequeñas.

Cuando estos perros pisaron Inglaterra, posiblemente tras una de las invasiones de César, en el año 54 o 55 a. C, llegaron para quedarse y se perfeccionaron. Hasta entonces eran sólo conocidos como spaniel debido a su región natal. Pasó mucho tiempo hasta que, durante el reinado de Enrique VIII, los spaniel fueron de alguna manera bautizados. A don Enrique le gustaba bastante la joda, otrora entendida como banquetes, y para eso necesitaba cazar bichos a lo loco. Faisanes, conejos, liebres, codornices y otras presas eran atrapadas utilizando lazos, pero la técnica no era muy efectiva para el patrón. Por lo tanto, se inventó una especie de red a la que iban dirigidas las distintas presas gracias a la conducción de los spaniel. A los más pequeños, que cazaban presas más chicas, se los comenzó a llamar cocker, que deriva del término inglés woodcock, que significa “becada” o “gallinuela”, una especie de ave de unos 30 centímetros de longitud.

Hasta ahora tenemos el nombre cocker y el primer apellido, spaniel. Falta el segundo: inglés. Al ver que este tipo de perros se manejaba bárbaro entre los matorrales y tenía una sutileza única para levantar un ave de sólo 300 gramos, los ingleses dijeron: “Listo, hagamos los papeles necesarios y estampemos el nombre ‘cocker spaniel inglés’ como raza originaria de nuestro país”.

La historia del cocker también tiene un costado interesante desde el punto de vista genético y de su comportamiento. En momentos en los que la agresión y los genes están en boca de profesionales y no tanto, el cocker tiene una característica que no presenta otra raza. El color de su pelaje está directamente relacionado con su comportamiento agresivo, sobre todo con las personas que viven bajo el mismo techo y con extraños. Diversos estudios colocan a esta raza dentro de las más agresivas de todas, y si desglosamos el dato de acuerdo con la variedad de tonos de la raza, del total de cocker agresivos más de 60% son de color dorado.

Algunas investigaciones han demostrado que los niveles de serotonina –neurotransmisor que controla e inhibe las conductas agresivas y sociales– son significativamente más bajos en esta raza. Esta diferencia puede explicarse por varios mecanismos. Uno de ellos relaciona a la melanina (responsable del color del pelaje), que es bioquímicamente similar y comparte las vías por donde se sintetizan los neurotransmisores implicados en la expresión de su comportamiento.

Otra explicación posible hace base en el fenómeno denominado pleiotropía. Significa que un único gen es responsable de dos caracteres muy diferentes presentes en la raza. En este caso el gen es causante del color del pelaje y de otorgar mayor agresividad al perro.

Cocker spaniel inglés | Con una altura que oscila entre 35 y 45 centímetros y un peso de entre diez y 25 kilos, esta raza tiene una esperanza de vida promedio de 12 a 15 años. Dentro de sus enfermedades más habituales se destacan las que tienen que ver con problemas hereditarios. Sordera, atrofia progresiva de retina, cataratas, glaucoma, displasia de cadera y cardiomiopatías son las más frecuentes.