(Hoy es 15 de julio. Faltan 104 días para las elecciones nacionales)

Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.

Pese a las apariencias, hay cambios en la política uruguaya. Hace algunos años, era difícil imaginar una cobertura de la campaña hacia las elecciones nacionales en la que, siquiera un día y sin que se tratara de una publicación feminista, las notas pudieran tener a mujeres como protagonistas.

Carolina Cosse fue, este año, la causa de que conviniera buscar una redacción alternativa en vez de referirse a “los precandidatos” del Frente Amplio (FA), aunque no fuera la primera, ya que en 2014 pasó lo mismo con Constanza Moreira). Ahora es, de las cuatro personas que compitieron por la postulación presidencial del oficialismo, la que tiene más trabajo por delante para que se la pueda considerar parte de la plana mayor frenteamplista, aunque haya quedado en el segundo lugar. Lanzó su precandidatura antes de que el Movimiento de Participación Popular decidiera apoyarla, pero persiste la duda sobre la cantidad de votos con que contaría sin ese apoyo.

En los primeros días posteriores a las internas, buena parte de las noticias publicadas sobre Cosse destacaron sus comentarios relacionados con la definición de la fórmula que encabezará Daniel Martínez. La ex ministra y ex presidenta del directorio de Antel parece tener claro que eso no es productivo para el FA ni para su propia proyección política (que continuará mediante una candidatura al Senado, en un marco de alianzas aún no definido), y enfatiza en su discurso la necesidad de que comience con premura el trabajo hacia las elecciones de octubre. El perfil que elige transmite sobre todo, por ahora, una identificación con los ya definidos como frenteamplistas.

Es parecida la primera impresión que ha dado Graciela Villar, que se encamina a ser proclamada como candidata a la vicepresidencia por el FA sin oposición a la vista, pese a la disconformidad de varios dirigentes con el proceso que llevó a Martínez a preferirla para esa postulación. Una división del trabajo imaginable entre los integrantes de la fórmula sería que Martínez tenga a su cargo el esfuerzo por sumar votantes que hoy están indecisos, y el de construir puentes con miras a la eventual formación de alianzas parlamentarias en el próximo período de gobierno, mientras que Villar procure convocar y activar a las personas que ya tienen afinidad con la izquierda pero, por diversos motivos, no están dispuestas a trabajar por un nuevo gobierno frenteamplista.

Después del Partido Nacional y el FA, el Partido Independiente (PI) definió una fórmula paritaria, con la periodista Mónica Bottero como candidata a la vicepresidencia. En realidad, el PI ya había aprobado una fórmula paritaria en marzo, antes que los nacionalistas y los frenteamplistas, con Selva Andreoli acompañando la candidatura a la presidencia de Pablo Mieres, pero esa dupla se disolvió junto con la fugaz coalición La Alternativa. Ahora Bottero, quizá para sorpresa de quienes la identifican sobre todo por su período al frente de Galería, sale a la cancha con un discurso vigoroso, que tampoco condice con cierta imagen “blanda” del PI.

Hasta mañana.