La prensa divulgó ayer que Estados Unidos estaba planeando retirar todas sus tropas de Irak, y si bien la información fue desmentida rápidamente por el Departamento de Defensa estadounidense, fuentes de la Casa Blanca reconocieron que el proyecto de la retirada militar existe. “En estos momentos de inestabilidad regional es un riesgo para nosotros mantener soldados allí, porque nos exponemos a que haya pérdidas humanas. Queremos traerlos aquí para que puedan operar los drones con los que pensamos arrasar Irak en forma limpia y segura, tratando de minimizar al máximo los riesgos para nuestros soldados”, declaró un alto funcionario de la administración de Donald Trump.

La decisión de cambiar de estrategia en Irak y comenzar a usar exclusivamente drones no fue bien recibida por muchos soldados. “Yo me alisté en los marines porque quería oler la pólvora de las armas y el miedo de los enemigos, y me quieren poner a manejar un joystick. Si quisiera hacer eso el resto de mi vida me dedicaría a los videojuegos”, declaró un sargento desplegado en Irak. Un cabo que pasó varios años en Afghanistan consideró “injusto” que la tecnología se use para “dejar obsoletos” a los humanos. “No importa que nos paguen. Uno quiere sentir que está participando en una guerra de verdad, ser salpicado por la sangre del enemigo, sentir el calor de sus bombas, no pasarse todo el día sentado en una silla, algo que para colmo es malo para la salud”.