El hecho empezó a llamar la atención cuando el mismo Renault Kwid, con matrícula de coche de alquiler, sobrepasó las 48 horas dando vueltas a la sede del Parlamento uruguayo. Un policía que custodiaba el edificio se arrimó a preguntar qué pasaba. “No sé cómo ni cuándo tengo que salir de acá, la puta madre”, fue la respuesta que obtuvo.

El conductor en cuestión es el japonés hijo de uruguayos Aitor Menta, quien está de visita en la República Oriental para ver a sus padres: “Me bajé en el aeropuerto, agarré el auto y estoy dando vueltas, sin parar... No sé cuándo puedo agarrar la calle Hocquart, puta madre”, contó Menta. Agregó que “van tres veces que me bajo a comprar nafta... Encima carísimo, puta madre”.

El protagonista de esta historia no quiere que lo ayuden, ni que les avisen a sus progenitores que está acá, y continúa indignado con lo que le toca vivir, blasfemando contra “esta rotonda de mierda”.