Anastasia (auxiliar incontable): “Cuando llegue acá ese virus yo me voy a ir a vivir a China, porque allá seguramente ya va a haber pasado la epidemia. Y en el próximo brote de una enfermedad que haya por allá, porque alguno siempre hay, me vuelvo para Uruguay, y así sucesivamente. Estos brotes epidémicos son como las crisis económicas o los hits de verano: si sabés moverte bien por el mundo, podés mantenerte a salvo de ellos. Es caro, pero vale la pena”.

Albertina (poeta bendita): “Sería muy triste que nos agarrara, pero prefiero eso antes que la aftosa. Acordate lo que pasó cuando Jorge Batlle era presidente, que llegó la aftosa y fue el principio del fin. Porque, seamos realistas, cuando se muere una vaca, el país se pierde una fuente de ingresos, pero cuando se muere un humano, no. Por eso creo que la prioridad de este país no debe ser la educación, como se dice, sino las vacas. Si no somos realistas nos comen los de afuera”.

Aldemar (filósofo barato): “Creo que a los uruguayos nos vendría bien un buen brote de coronavirus, porque últimamente estamos muy agrandados: que no tenemos cólera, ni dengue, ni malaria, ni nada de eso. Tenemos que conectarnos un poco más con el tercer mundo. Obviamente que mucha gente va a sufrir, mucha gente va a morir, pero a nivel moral sería un shock de humildad que nos haría mejores uruguayos. Yo sólo espero que no me toque morir a mí, porque me gustaría ver ese cambio”.