Desde ayer es obligatorio el uso de tapabocas en los ómnibus y taxis de la capital, una medida tomada para evitar que el reintegro de los trabajadores de algunos sectores, como el de la construcción, provoque un aumento en la propagación del coronavirus. Desde la Intendencia de Montevideo aclararon, de todas maneras, que el tapabocas “no evita que los taxistas hablen, por lo que los pasajeros se seguirán viendo expuestos a todo tipo de palabras nocivas”. Un jerarca de la comuna recordó que “la instalación de la mampara llevó a muchos a pensar que se habían acabado los tiempos en los que inevitablemente había que soportar la conversación de los conductores, pero estos demostraron una capacidad extraordinaria para seguir torturando a los pasajeros con su discurso intolerante y reaccionario”. “Evidentemente el tapabocas representa una molestia a la hora de hablar para los taxistas, pero el deseo que tienen de hacerles pasar un mal rato a los pasajeros les permite sobreponerse a este inconveniente con facilidad”.

El jerarca de la IM recordó que la única forma segura de protegerse de la intoxicación por exabruptos machistas o xenófobos “sigue siendo la utilización de auriculares para escuchar música o radio”. “Mirar para afuera por la ventanilla, con o sin mampara, con o sin tapabocas, no sirve para nada. Hay que usar auriculares, porque además no sólo sirven para protegerse de las palabras del conductor, sino también de la radio que pasa el programa de Nacho Álvarez o el de Petinatti”.