Desde el sector tecnológico, dos equipos de desarrolladores decidieron tomar de forma independiente la iniciativa de facilitar el acceso a las ollas populares que se van multiplicando por todo el país.

Con mayor o menor organización, estas comidas solidarias recurren a los medios de comunicación para que difundan su tarea, pero por medio de estas herramientas pueden sistematizar el trabajo.

“Encontramos una iniciativa muy buena por parte de #ParandoLaOlla, quienes crearon un mapa con la ubicación en todo Uruguay. Lo que queremos con ollaspopulares.com es potenciar esta idea”, explican tres emprendedores que prefieren mantener sus nombres al margen. “Vimos que tenían un mapa estático, donde te tenías que poner en contacto con el administrador. Nuestra intención fue dar acceso público al registro de ollas o centros que reciben donaciones y también a los que quieran gestionar directamente con ellos. O sea, queremos lograr que tengan independencia para ingresar los datos, de manera de hacer algo más colaborativo para obtener más visibilidad. El objetivo es dar una mano. Hicimos todo esto de forma anónima porque no nos interesa obtener ningún rédito; sólo queremos ayudar a organizar un poco mejor. Salimos con esto hace dos fines de semana: todo surgió un viernes de tarde, escuchando en la radio la lista de ollas, y en la noche, en el informativo, de nuevo, pero era todo con base en la buena fe. Entre sábado y domingo generamos la plataforma y la publicamos de madrugada”.

Dicen que lo ideal sería potenciar esfuerzos con otras plataformas del estilo. Desde que empezaron reciben entre cinco y diez correos semanales con solicitudes de apoyo o para saber cómo donar. Incluso les han ofrecido mano de obra y desarrollo de software para el sitio. El flujo es continuo, aseguran, y para Semana de Turismo se ubica por encima de lo esperado.

El proyecto es de alcance nacional, y por el momento tienen tres ollas registradas fuera de Montevideo: en Toledo (Canelones), una familia en Quebracho (Maldonado) y en Paysandú. En el sitio figura la opción de indicar los días y horarios de servicio que ofrecen.

Por el momento no han recibido notificaciones de bajas. En cambio, hubo agregados, como en el barrio Casavalle, donde un comedor se encargaba de servir la leche de tarde y este mes empezó a dar la cena. “Alguna gente que hace donaciones nos ha escrito para balancear y ser equitativos con lo que recibe cada olla”, cuentan.

Comercio electrónico modificado

Fabricio Álvarez, Fabián Delgado y Martín Pérez están “a full” con ollapopular.uy, que empezó a funcionar anteayer. Hace cuestión de cuatro días que estos ingenieros y analistas en informática venían armando el sitio con la idea de poner en valor alguna información que ya circulaba: “vimos algo en Twitter, el Ministerio de Desarrollo Social tenía algún Power Point y algunas intendencias se están organizando. A nosotros se nos ocurrió esto para facilitar las donaciones, pusimos la búsqueda por cercanía y le dimos formato web, no sólo de mapa”, indicó Álvarez.

Se presentan como “un sitio web responsivo y una plataforma modificada de ecommerce para poder sumarle donaciones”. Por eso la zona de precios de los productos está en cero.

“Lo que estaba pasando con las ollas populares es que dicen las cosas que precisan, en la tele, en los diarios, pero después quedan medio solos. La idea era facilitarles otro canal, donde pusimos los productos que se pueden precisar para que puedan elegirlos y que termine en una interconexión. Hace poco me llamó una muchacha de Rivera que quería donar y no sabía qué ollas había en su departamento. Falta eso, el nexo. La idea es que vos elijas los ingredientes, veas a qué olla popular querés que vayan y les mandes un mensaje de texto (para eso nos dan los teléfonos)”.

Como es imposible que la plataforma resuelva la logística, donante y receptor deben coordinar la forma de entrega. “La mayoría de las ollas populares hacen comidas similares, y ahora sumamos productos que también precisan, como alcohol en gel. Queremos tener feedback de ellos. Los que más comúnmente se dona son cosas accesibles, como fideos, y conseguir carne es lo más complicado. Si no, terminan haciendo la olla con lo que pueden o, como anoche, que miraba el informativo y en algunas partes había filas de gente esperando, no tenían con qué hacerla y se iban llorando para la casa”.

Entre interesados en registrar sus ollas y comedores con ganas de recibir donaciones, les están llegando pedidos desde Fray Bentos hasta Montevideo, sumando unos 170 contactos que todavía trabajan para cargar en la página.