La exjueza y directora de Jurídica de la Intendencia de Maldonado, Adriana Graziuso, denunció a una pareja en situación de calle con la que mantuvo un altercado, generado luego de que le pidieran dinero.

Graziuso iba caminando con su hija por la Avenida de la Laguna en el barrio Pinares, de la ciudad de Maldonado, cuando una mujer en situación de calle le pidió dinero. La exjueza se negó y comenzaron a intercambiar insultos.

“Siempre andas molestando acá, yo los voy a enfrentar”, le dijo la exjueza, según el relato de la defensa del imputado en la audiencia, y calificó como “rea”, “ordinaria” y “vieja de mierda” a la mujer, que respondió con otros insultos y la amenazó con robarle.

La directora del departamento de Jurídica comenzó a filmar cuando la pareja ya se estaba yendo, pero continuaban con el intercambio de insultos. En un momento, el hombre corrió hacia ella y le sacó el celular de las manos. En el forcejeo la exjueza sufrió lesiones en el antebrazo que le provocaron inhabilitación para tareas ordinarias por diez días.

El juez Diego González condenó al hombre a cuatro meses de libertad a prueba por un delito de violencia privada y otro de lesiones personales, luego de que la defensa del imputado alcanzara un acuerdo abreviado con la fiscal departamental de 4º turno Carolina Dean.

Si bien la exjueza denunció un intento de rapiña y dijo que había sufrido lesiones en el cuello y en el tórax, el certificado médico constató únicamente lesiones en el antebrazo de la mano en la que llevaba el celular, y la fiscalía descartó la tipificación de rapiña dado que el hombre le devolvió el teléfono, luego de sacárselo para tratar de borrar el archivo.

“¿Fue jueza y no sabe lo que es una rapiña?”, se quejó González en la audiencia.

“Eso que la manoteé del cuello es todo bulla de la señora, en ningún momento la agredí, le falté el respeto, y estoy arrepentido de haber agarrado el celular, pero ella me insultó, y yo en la situación que estaba pasando… ¿qué se imagina?”, le respondió el imputado al juez.

El hombre le dijo al juez que el esposo de Graziuso lo había amenazado con un arma de fuego, pero decidió no hacer la denuncia porque esa amenaza no quedó registrada en la filmación, dado que ocurrió entre el incidente y la llegada de la policía.

En diálogo con la diaria la abogada del imputado, Sofía Pereira Huelmo, lamentó lo ocurrido y señaló que le cambiará la vida al hombre porque era primario absoluto y ahora tiene un antecedente, con la vulnerabilidad de estar en situación de calle. Además, la defensa del imputado dijo que la mujer tiene dificultades para moverse porque fue operada del corazón, lo que hace que tenga que ir todos los días al hospital.

Consultada sobre el acuerdo abreviado, la abogada explicó que su cliente cometió el delito que se le imputa y que existía la posibilidad de que fuera a prisión algunos meses en el caso de que fuera a juicio.

La fiscal acordó con la defensa cuatro meses de libertad a prueba, con obligación de fijar domicilio y 30 días de arresto domiciliario nocturno y prohibición de acercamiento a 100 metros de la denunciante y su hija, y la realización de tareas comunitarias dos veces por semana.

Cuando el juez le preguntó al imputado si reconocía los delitos que se le imputaban, el hombre respondió: “Yo me hago cargo de haberle agarrado el celular a la señora”, lo que provocó la réplica del magistrado: “No se puede declarar culpable de una cosa y de lo otro no”. Finalmente terminó aceptando la responsabilidad de toda la imputación.

Al finalizar el juicio el hombre pidió al juez “dar anotados los requisitos”, para no olvidarse de las medidas que tiene que cumplir.