Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

Ayer, para los grandes medios de prensa de Argentina, la principal noticia sobre la reunión del Consejo Mercado Común del Mercosur (CMC) fue un cruce entre el ministro de Economía de ese país, Martín Guzmán, y su par brasileño, Paulo Guedes, quienes manifestaron su alineamiento con escuelas distintas de pensamiento.

Así representaron esos medios la contraposición entre los dos socios mayores. La propuesta brasileña fue disminuir el arancel externo común del Mercosur. Las objeciones argentinas se refieren, como explicó el canciller Felipe Solá, al impacto que eso tendría sobre varios sectores de actividad, y a la inconveniencia de una rebaja unilateral mientras se negocia al respecto con otros países o bloques.

En el relato básico desde Argentina, la posición uruguaya es apoyar la iniciativa de Brasil. Algunos medios registraron que Uruguay presentó una propuesta de “flexibilización” de las negociaciones comerciales externas, que será estudiada.

En la prensa brasileña las noticias acerca del Mercosur rara vez son destacadas, y la información sobre la reunión de ayer no lo fue. En medios de Paraguay hubo información sobre el planteo uruguayo, que ese país no comparte.

En Uruguay, el canciller Francisco Bustillo y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, ofrecieron una conferencia de prensa en la que sostuvieron que la propuesta uruguaya cuenta con “total apoyo” de Brasil y afirmaron que nuestro país “logró instalar” en la agenda del Mercosur, después de 20 años, el tema de la flexibilización. “Buscamos el consenso, y como no se pudo en esta oportunidad habrá una nueva reunión del CMC [el mes que viene] para avanzar en una fórmula que incluya la flexibilización y la revisión del AEC”, afirmó Bustillo.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, [...] sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima”. Así comienza el ensayo “Nuestra América”, de José Martí. Lo publicó hace 130 años y todavía tiene mucho para decirnos.

Más acá de las narrativas, la cuestión es –sigue siendo– que las decisiones del Mercosur se adoptan por consenso, y el contenido de la propuesta presentada por Uruguay no parece el más adecuado para lograrlo. Tampoco se adecua mucho a la estrategia, manejada en estos días, de buscar “señales positivas” de los demás socios que, aunque no habiliten expresamente a nuestro país para negociar acuerdos por su cuenta, puedan ser interpretadas como una disposición a la tolerancia. Con esa intención, habría sido mucho más conducente limitarse a presentar algunas ideas muy generales.

Uruguay plantea, por ejemplo, que cada Estado miembro del Mercosur pueda, durante las negociaciones en curso con otros países o bloques, hacer sus propias ofertas bilaterales a la contraparte, y que también esté habilitado a “iniciar negociaciones de preferencias arancelarias” con terceros que no estén negociando con el Mercosur. Una cosa es conversar y otra, muy distinta, es concretar, pero si nuestro país no está habilitado a realizar acuerdos comerciales por la suya, ¿qué sentido tendría que se le permitiera comenzar a negociarlos?

Hasta mañana.